ASTILLAS DE REALIDAD
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jueves, 18 de septiembre de 2025
LA MUERTE DE LA DEMOCRACIA (2ª PARTE)
Gobernanza anticipatoria
Lo que experimentamos durante el Covid fue, en resumen, un Sistema de Alerta Temprana descontrolado (debió de serlo, ya que supuestamente nadie fue responsable), que proyectó muertes incalculables, con el cuestionable código fuente de Neil Ferguson (claramente nunca revisado por pares competentes) arrojando proyecciones alarmantes. Pero eso fue solo un preludio. Porque la simulación de la propagación de enfermedades infecciosas es un campo en el que el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados se ha involucrado desde su fundación en 1972. Y a su establecimiento le siguió pronto el UNEP GEMS (United Nations Environment Programme's Global Environment Monitoring System, Sistema de Vigilancia del Medio Ambiente Mundial del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en 1974, el sistema mundial de monitoreo ambiental. Y ambos siguieron, junto con la fundación del propio PNUMA, al traicionero acuerdo del 23 de mayo de 1972 entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Pero espere. GEMS se relaciona con el medio ambiente, no con la salud pública, ¿verdad? Bueno, no tan rápido. Casi tan pronto como se fundó el UNEP GEMS, los datos de vigilancia de la salud pública se incluyeron en sus flujos. Esto no fue una gran sorpresa, ya que el tercer informe SCOPE -el plan de acción para GEMS- de 1973 detalló esta inclusión en el capítulo 12, junto con el monitoreo de las emisiones (con el dióxido de carbono como ejemplo destacado) y el monitoreo sociológico y económico. El monitoreo ambiental se desarrolló a través de la Conferencia Mundial sobre el Clima de 1979, mientras que los aspectos sociales y económicos evolucionaron a través del informe de Lalonde de 1974, que estableció el marco de los Determinantes Sociales de la Salud, un conjunto de coeficientes indirectos que afirmaban estar relacionados con la salud.
Y mientras el incierto episodio de gripe porcina de 1976 se desarrollaba en Fort Dix, se convocó una reunión simultánea en Rougemont, a la que asistieron ejecutivos de la industria farmacéutica y altos cargos de instituciones de salud pública, como Walter Dowdle, de los CDC, quien pronunció los discursos de apertura y clausura. El tema fue la vigilancia y las vacunas, un tema que se repitió en el primer Plan Pandémico, firmado por el director de los CDC, William Foege, en 1978.
Esta iniciativa se aceleró a través del Grupo de Trabajo Científico Europeo sobre la Gripe a principios de la década de 1990, lo que condujo al sumamente cuestionable, aunque políticamente oportuno, episodio de H5N1 en Hong Kong en 1997, antes de que Foege volviera a la palestra para presentar al mundo los Principios de Manhattan en 2004, también conocidos como Una Sola Salud. Esta iniciativa de repente comenzó a desdibujar la demarcación entre la salud pública y el monitoreo ambiental, a través de la cual las denuncias de enfermedades zoonóticas se afianzaron progresivamente, culminando con el COVID-19 en 2020. Y como nota al margen de cuán profunda es esta corrupción, los miembros de la ESWI (European Scientific Working group on Influenza and other Respiratory Viruses, Grupo de trabajo científico europeo sobre la gripe y otros virus respiratorios) financiada casi en su totalidad por las grandes farmacéuticas, redactaron en resumen el Plan de Pandemia de Gripe de la OMS de 1999 en forma exclusiva.
La fusión de la salud ambiental y las enfermedades zoonóticas no fue accidental. Ambas se debatieron en la Conferencia de la Biosfera de la UNESCO de 1968, donde la Recomendación 3 lo deja bastante claro. El ser humano debe estar en equilibrio con su entorno para evitar supuestas enfermedades zoonóticas. Posteriormente, el enfoque "Una Salud" incluyó indirectamente la gestión global e integrada del uso del suelo -desarrollada simultáneamente a través del Enfoque Ecosistémico del Convenio sobre la Diversidad Biológica- antes de que el Banco Mundial, en 2006, detallara con precisión cómo debían financiarse todas las pandemias. Tras algunas iteraciones posteriores, el enfoque "Una Salud" finalmente se materializó expresamente en el recientemente aprobado Tratado sobre Pandemias, un tratado que ahora modela todas las supuestas perturbaciones de los ecosistemas bajo un mismo techo, incluso factores secundarios como los determinantes de la salud.
Y esto, sin duda, significa que el Tratado sobre Pandemias puede activar sus cláusulas de emergencia cuando un modelo computacional de caja negra detecte cualquier anomalía en los datos de vigilancia, legítima o no. Y esto puede -y obviamente lo hará- utilizarse para impulsar políticas de crisis durante futuras "emergencias".
Lo que afirmo aquí es que los datos de vigilancia global en tiempo real, transmitidos a modelos globales de gemelos digitales, utilizados para predecir el futuro, pueden ser -y serán- utilizados para establecer políticas futuras con total impunidad. Y la siguiente inclusión será la de la Salud Planetaria, que, además de la combinación de la salud humana con la ambiental que plantea Una Salud, añade la concentración atmosférica de dióxido de carbono y todos los demás índices modelados por el marco de Límites Planetarios.
Los Indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Dejando de lado los modelos defectuosos (que lo son a niveles asombrosos), lo que tenemos es una serie de indicadores que, en última instancia, impulsan las políticas a nivel mundial. Si bien los indicadores de Límites Planetarios incluyen una amplia gama de supuestos límites del comportamiento humano, en un contexto más general tenemos un conjunto diferente de indicadores que miden no solo el comportamiento ambiental, sino también el económico y social. Estos indicadores se conocen comúnmente como los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en sí mismos son simplemente leyes indicativas. Son objetivos inspiradores que no describen un camino claro hacia el éxito. Pero ese problema se resuelve fácilmente asociando un conjunto de indicadores con rangos de valores esperados y luego juzgando un sustrato de la existencia humana en función de su desviación de la norma. Y aquí es donde entran en juego los Indicadores de los ODS.
Los indicadores de los ODS cuantifican cada objetivo en términos numéricos: número de adolescentes embarazadas en Nueva Zelanda, ingreso promedio en Sierra Leona, esperanza de vida en Malawi. Los indicadores de los ODS lo abarcan todo. Y esos indicadores, junto con los indicadores de Desarrollo Humano, los indicadores de Aichi (biodiversidad) y otros, se utilizan como insumos y se modelan mediante gemelos digitales globales, como DestinE. Si surgiera un problema proyectado, normalmente será de carácter socioeconómico o debido a una perturbación ambiental. En consecuencia, a través de One Health, todos estos sugieren que puede surgir una enfermedad zoonótica de "potencial pandémico" que podría matar a millones de personas en un instante, justificando los confinamientos en Corea del Sur, ya que el modelo de Gemelo Digital predijo un brote temprano de futuras enfermedades allí con precisión. A partir de ahí, el modelo de 4 pasos anterior se activa comenzando con la prevención, y el país se confina antes de que la operación pueda ser expuesta por lo que realmente es: un fraude. Porque todos los que lo intentan son rápidamente censurados por “desinformación” ya que “ponen en peligro nuestra seguridad colectiva” según las reglas de la “ética de la información”; y si la gente sale a las calles, los gobiernos pueden ordenar a los bancos que corten el acceso a su propio dinero.
Pero las pandemias por sí solas no serán suficientes para la gobernanza general de emergencias. También necesitamos la «Responsabilidad de Proteger», que exige una proyección de fuerza global en caso de que se superen los umbrales de los «indicadores», según la evaluación de un panel de expertos. Tenemos la «Reducción del Riesgo de Desastres», que permite el traslado forzoso de personas durante supuestas emergencias, y tenemos el «Derecho a un Medio Ambiente Saludable», que está garantizado, independientemente del impacto en los seres humanos. En otras palabras, tenemos un marco integral que permite no solo los mandatos cuestionables durante el COVID-19, sino también el traslado forzoso de personas, el uso de la proyección de fuerza global y la priorización de la naturaleza sobre el ser humano, todo gracias a una simulación informática con absoluta impunidad. Y mediante una futura «crisis climática», el modelo podría determinar fácilmente el impacto de estos en la salud de los ecosistemas de Islandia, lo que llevaría a una rápida exigencia de mandatos de vacunación en … (lancemos los dados) … Laos. Claro, el ejemplo es exagerado para causar efecto, pero es hipotéticamente posible.
Y todo esto está descrito en sus propios documentos, de la forma más increíblemente engañosa imaginable.
La ética computacional
Para que este sistema se mantenga funcionalmente cohesionado, todos y todo debe estar alineado. Y ahí es donde llega la siguiente etapa del proceso: la prevención.
Verán, los datos de indicadores modelados mediante gemelos digitales generan … aún más datos. Pero pocos, si es que hay alguno, aceptan los datos brutos como una medida directa de acción. En consecuencia, para que sean útiles, deben convertirse en un imperativo para actuar. Deben convertirse en una ética.
Y tenemos la ética ambiental, la ética de la salud, la ética planetaria. De hecho, tenemos la ética global, donde la ética se relaciona con la comparación de estos datos brutos, legítimos o no, con un umbral arbitrario establecido por un comité de expertos. Si su indicador de "ingresos" personal se encuentra fuera del umbral de referencia, el sistema lo considerará malo. Si se encuentra dentro, es positivo y, por lo tanto, bueno. Bueno y malo. Y determinar lo bueno frente a lo malo es una cuestión de -sí, sí- ética.
Ética cibernética
El modelo de IA te evaluará según una serie de indicadores: tus ingresos personales, tu edad, tu lugar de residencia, tu escuela, etc. Todo esto se refleja en tu perfil de datos personales, que, para una transacción determinada, se comparará con una referencia (en rigor, probablemente será un punto punteado con uno o más planos en un espacio N-dimensional), lo que genera un valor singular tras la evaluación.
Si ese valor es negativo, eres un opresor; si es positivo, eres el oprimido. En consecuencia, toda la cuestión de la ética se ha reducido a un simple producto escalar, y la recompensa o el castigo correspondiente quedará en manos del ordenador. Podría contar para un viaje al extranjero si el algoritmo determina que eres oprimido, o podría resultar en alimentos ligeramente más caros mediante precios minoristas dinámicos de CBDC si eres el opresor. Pero también podría resultar en cuarentenas o restricciones de viaje en la futura ciudad de 15 minutos si no cumples con el bien común.
Técnicamente, una «ética global» es estática, y eso no sirve de nada, ya que pone a todos en igualdad de condiciones. Esto, lógicamente, significa que el sistema no puede tener en cuenta la «justicia intergeneracional» en sus cálculos, lo que en esencia significa juzgarte por la cantidad de dióxido de carbono que supuestamente emitieron tus abuelos, sin importar que el sistema no tenga un registro específico al respecto. Y, aunque el abuelo pudo haber sido un hombre maravilloso que luchó heroicamente contra la mitad del ejército nazi, eso no importa en absoluto. No, esto es puramente «pecado original», y el «valor intrínseco» de los individuos se reduce a su alineamiento con el sistema, y solo a su alineamiento con el sistema, desde una perspectiva contemporánea.
Sin embargo, si generalizáramos la «ética global» como la inclusión no de indicadores específicos, sino de toda la paleta -un vector que también incluye a tu comunidad, tu país, tu continente y el mundo-, entonces cumpliría la función de una gramática moral universal, exactamente la que John Mikhail ha estado desarrollando durante décadas.
Este vector puede utilizarse para dirigirse específicamente a usted como individuo: a su nación en su conjunto, o incluso a su etnia o religión. Y a medida que la tecnología avanza e se integra progresivamente, estos ajustes específicos pueden dirigirse con mayor precisión. Cuando hoy realiza una consulta en Google, este puede determinar rápidamente si se trata de información del tipo que la UNESCO previamente consideró "información que necesita" a nivel regional o incluso personal (si su cuenta ha iniciado sesión). Sin embargo, si la ética computacional determina que la consulta lo convierte en un opresor, lo siento, podría ser redirigido a enlaces menos "dañinos" para ... bueno, probablemente para el propio sistema. Pero las consultas más directas enviadas a soluciones de IA como ChatGPT podrían, a través de la "Ética de la IA", adaptarse específicamente al individuo; es decir, mediante una evaluación de perfil personal, la IA puede manipular con precisión la información, y distorsionarla, solo para usted, de la manera más engañosa y manipuladora imaginable.
El paso final de este proceso conduce lógicamente al transhumanismo: la Interfaz Cerebro-Computadora, donde la Neuroética replica el cálculo "ético" de la anterior. Pero esta vez, bien podría afectar directamente tus pensamientos. No satisfecha con simplemente determinar lo que se te debe permitir ver, también podría, con el tiempo, codificar cómo deberías sentirte ante ciertas cosas. Un campo, actualmente integrado a través del Aprendizaje Socioemocional, que funciona insertando puertas traseras explotables en la capacidad de razonamiento lógico de tus hijos bajo la apariencia de cuidado.
El imperativo
En consecuencia, la ética es el imperativo que conecta un flujo de datos procesados con el ser humano. Pero mientras que en el pasado la ética provenía de la ideología o cultura religiosa, generalmente dirigida de abajo hacia arriba, ahora se impone de arriba hacia abajo, integrando los resultados de un modelado computacional opaco.
(Fuente: https://escapekey.substack.com/; traducción: Astillas de Realidad)
NAOMI WOLF EXPONE ANTE EL PARLAMENTO EUROPEO LOS DAÑOS A LA FERTILIDAD ASOCIADOS A LA "VACUNA" DE PFIZER
El extracto seleccionado es parte de la alocución de la doctora Wolf en la sede del Parlamento Europeo el pasado día 3 de septiembre, en que compareció invitada por la diputada alemana Christine Anderson para revelar el contenido de los documentos que, vía proceso judicial, un equipo encabezado por la propia Wolf obtuvo de la empresa Pfizer.
Luego del litigo, la empresa farmacéutica se vio obligada a revelar el contenido de 450.000 páginas de documentos, los cuales fueron procesados por 3.500 voluntarios del equipo de Wolf, y culminaron en la publicación de The Pfizer Papers el año pasado. Los papeles de Pfizer están sirviendo ahora en el Congreso norteamericano para que el senador Ron Johnson continúe exigiendo la desclasificación total de materiales fundamentales, y se comience a llevar a la justicia a los responsables.
Acompaño la entrada de la exposición completa (en inglés) de la ponente:
miércoles, 17 de septiembre de 2025
EL SAINETE NACIONAL
España, paraíso de delincuentes:
🔴 ÚLTIMA HORA | Dejan en libertad al inmigrante ilegal marroquí que quemó viva a una joven de 17 años en el barrio de La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria)https://t.co/wRW9oMbcGl
— LA GACETA (@gaceta_es) September 16, 2025
"Arrancada de caballo, parada de burro": el demagogo que empuja a que los demás se la jueguen en nombre de la solidaridad selectiva que niega a saharauis, cristianos nigerianos o conferenciantes conservadores, acaba de acordarse que hay jugosos contratos de material bélico que no se pueden cancelar de la noche a la mañana:
Bueno, que se la juegue la plebe, que el domingo vimos nacer una figura inédita en el mundo reivindicativo chupiguay de este país: el (la) manfiestante con escolta.
HABLEMOS DE NEGACIONISMO
No existe el movimiento negacionista, sino que este término es un invento específico del sistema para etiquetar y tratar de encapsular a todo aquel que se ha desmarcado de un discurso que se ha convertido en la religión de moda a seguir
Tal y como ocurre con la narrativa oficial, que es homogénea y cuyos adeptos adquieren el pack completo, la clasificación de negacionista trata de amalgamar a todo aquel disidente otorgándole unas características comunes que en realidad ni son ciertas ni comparten, con el fin de que el confiado afín al sistema nunca indague en los motivos, planteamientos, razonamientos e información que maneja el discrepante, al mismo tiempo que lo señale y rechace, al creer que la etiqueta ya los define
Por el contrario el disidente, que se ha liberado de la necesidad de pertenencia al clan, difícilmente será seducido por grupo alguno; gesto que le otorga margen para el libre pensamiento. Además, en términos generales, se trata de personas que han accedido a un conocimiento diferente y de calidad, que permite realizar simples razonamientos, capacidad que han perdido aquellos que se limitan a la repetición de mantras y slogans mediáticos y gubernamentales.
Por este motivo el propio sistema fabricará algún pseudo-disidente, a ser posible mediante algún personaje conocido, con el fin de convertirlo en supuesto líder del inexistente movimiento y que sirva de diana mediática; alertando a los feligreses del escarnio que pueden sufrir por parte del resto si se les ocurre abandonar la manada y comenzar a ser ellos mismos
El calificativo negacionista nace con una impronta de mofa, descalificación e incluso odio a aquel que ha decidido romper los esquemas de la obediencia ciega, cuando ésta no casa con los verdaderos paradigmas científicos, con los valores elevados humanos y con la más pura y elemental lógica. Antes de lanzar esta arma verbal arrojadiza conviene preguntarse si la verdad, algo consustancial a la propia naturaleza y que emerge de forma natural, se puede imponer a través de la coacción, el miedo y el chantaje; o quien realiza esa acción está repitiendo esquemas fanáticos y totalitarios propios de tiempos oscuros que condujeron a discriminaciones, genocidios, exterminios y guerras
Una vez más aquel que no es parte de la solución lo es del problema.
Mariano Errazu
martes, 16 de septiembre de 2025
MUERE ROBERT REDFORD, UNO DE LOS ÚLTIMOS GRANDES ACTORES DEL "STAR SYSTEM" DE HOLLYWOOD
Contra mi voluntad de no hacer del blog un obituario constante, no quiero dejar pasar la ocasión de despedir a un grande que se nos ha ido. Es más, diría que Robert Redford fue un actor que ningún estudioso de la conspiración puede ignorar a raíz de sus papeles en tres filmes-denuncia de la importancia de "Todos los hombres del presidente", "Los tres días del cóndor" y "Leones por corderos".
Diría que todos los que nos hemos enfrentado a la hipnosis colectiva de la Plandemia nos hemos sentido un poco como su personaje en "La jauría humana".
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"Las aventuras de Jeremias Johnson", su mejor western y una indiscutible obra de arte de las que nunca cansan |
Elegía sus papeles con un tino absoluto que me lleva a afirmar que jamás he visto una mala película suya (aburrida quizá, pero es que el romanticismo empalagoso y Barbra Streisand se me resisten, y "Tal como éramos" tiene a ambas encerradas en sus fotogramas).
El hombre que susurraba a los caballos en uno de los varios filmes magistrales que dirigió, y que tal vez no fuera tan distinto del actor que se retiró a su rancho de Utah en la vejez.
El cinéfilo comprometido que creó el Festival de Cine Independiente de Sundance que ha revelado a tantos talentosos directores independientes (Jarmusch, Soderbergh, Tarantino, ...).
Tras 89 años de tránsito por este planeta, a Jeremías Johnson las grandes praderas se le han quedado pequeñas. Hoy parte a explorar el infinito.
Que no le falten maravillas que contemplar.
(posesodegerasa)
PD.: "El gran Gatsby", "Brubaker", "El golpe", "Descalzos por el parque", "El valle del fugitivo", "Dos hombres y un destino", ... imposible quedarse con una sola interpretación suya.
EL FIN DE LA EXCUSA DEL HOLOCAUSTO
El genocidio en Gaza ha dejado al descubierto la utilización del Holocausto como arma, no como vehículo para prevenir el genocidio sino para perpetuarlo; no para examinar el pasado sino para manipular el presente.
Casi todos los estudiosos del Holocausto, que consideran cualquier crítica a Israel una traición al Holocausto, se han negado a condenar el genocidio en Gaza. Ninguna de las instituciones dedicadas a investigar y conmemorar el Holocausto ha establecido los evidentes paralelismos históricos ni ha denunciado la masacre de palestinos.
Los especialistas del Holocausto, con algunas excepciones, han expuesto su verdadero propósito, que no es examinar el lado oscuro de la naturaleza humana, la aterradora propensión que todos tenemos a cometer el mal, sino santificar a los judíos como víctimas eternas y absolver al estado etnonacionalista de Israel de los crímenes del colonialismo, el apartheid y el genocidio.
La instrumentalizaciónn del Holocausto, y la incapacidad de defender a las víctimas palestinas por el mero hecho de ser palestinas, ha implosionado la autoridad moral de los estudios y los memoriales del Holocausto. Se ha puesto en evidencia que estos no son vehículos para prevenir el genocidio, sino para perpetrarlo; no para explorar el pasado, sino para manipular el presente.
Cualquier reconocimiento tibio de que el Holocausto podría no ser propiedad exclusiva de Israel y sus partidarios sionistas es rápidamente refutado. El Museo del Holocausto de Los Ángeles borró una publicación de Instagram que decía: «NUNCA MÁS" no puede significar "NUNCA MÁS" exclusivamente para los judíos», después de haber provocado fuertes reacciones. Ahora bien, esto es precisamente lo que "nunca más" significa según los sionistas: nunca más, pero solo para los judíos.
En su 'Discurso sobre el colonialismo', Aimé Césaire escribe que Hitler era percibido como excepcionalmente cruel solo porque se entregaba a la "humillación del hombre blanco", aplicando a Europa los “procedimientos colonialistas que hasta entonces habían estado reservados exclusivamente a los árabes de Argelia, los culíes de la India y los negros de África”.
Fue esta distorsión del Holocausto como algo único lo que inquietó a Primo Levi, quien estuvo preso en Auschwitz de 1944 a 1945 y escribió "Supervivencia en Auschwitz". Fue un crítico feroz del Estado de apartheid de Israel y su trato a los palestinos. Veía la Shoah como "una fuente inagotable de maldad" que "se perpetúa como odio en los sobrevivientes y surge de mil maneras, contra la voluntad misma de todos, como sed de venganza, como desmoronamiento moral, como negación, como cansancio, como resignación".
Deploró el maniqueísmo, a quienes evitan los matices y la complejidad y reducen el caudal de acontecimientos humanos a conflictos, y estos a dualidades: nosotros y ellos. Advirtió que la red de relaciones humanas dentro de los campos de concentración no era simple, no podía reducirse a dos bloques: víctimas y perseguidores. El enemigo, lo sabía, estaba fuera, pero también dentro.
Levi escribe sobre Mordechai Chaim Rumkowski, un colaboracionista judío que gobernó el gueto de Lodz. Rumkowski, conocido como el "Rey Chaim", convirtió el gueto en un campo de trabajos forzados que enriqueció a los nazis y a él mismo. Deportó a sus oponentes a campos de exterminio. Violó y abusó de niñas y mujeres. Exigió obediencia absoluta y encarnó la maldad de sus opresores. Para Levi, fue un ejemplo de lo que muchos de nosotros, en circunstancias similares, podríamos llegar a ser.
“Todos nos reflejamos en Rumkowski, su ambigüedad es la nuestra, es nuestra segunda naturaleza, somos híbridos moldeados de arcilla y espíritu”, escribió Levi en “Los ahogados y los salvados”. “Su fiebre es la nuestra, la fiebre de nuestra civilización occidental que 'desciende al infierno con trompetas y tambores', y sus miserables adornos son la imagen distorsionada de nuestros símbolos de prestigio social”.
“Al igual que Rumkowski, también nosotros estamos tan deslumbrados por el poder y el prestigio que olvidamos nuestra fragilidad esencial”, añade Levi. “Queriéndolo o no, aceptamos el poder, olvidando que todos estamos en el gueto, que el gueto está amurallado, que fuera del gueto reinan los señores de la muerte y que cerca nos espera el tren”.
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"Ghetto" de Lodz, Litzmannstadt. Mordechai Chaim Rumkowski, presidente del Consejo de Ancianos, se reúne con funcionarios alemanes en una calle del gueto, Polonia, 1940. |
Estas amargas lecciones del Holocausto, que advierten que la línea entre víctima y victimario es muy fina, que todos podemos convertirnos en verdugos voluntarios, que no hay nada intrínsecamente moral en ser judío o sobreviviente del Holocausto, y eso es lo que los sionistas buscan negar. Levi, por esta razón, era persona non grata en Israel.
Los estudios sobre el Holocausto, que florecieron en la década de 1970 y se caracterizaron por la deificación del superviviente del Holocausto y ferviente sionista Elie Wiesel —el crítico literario Alfred Kazin lo llamó el «Jesús del Holocausto»—, han renunciado a cualquier pretensión de defender verdades universales. Estos estudiosos del Holocausto utilizan un mal de referencia, como señala Norman Finkelstein, «no como una brújula moral, sino como un garrote ideológico». El mantra «No compares», escribe Finkelstein, «es el mantra de los chantajistas morales».
Para los sionistas, el Holocausto y el estado judío dan un sentido y una razón de ser, así como una superioridad moral nauseabunda. Después de la guerra de 1967, cuando el Estado de Israel tomó el control de Gaza y la Ribera Occidental, se convirtió, en palabras de Nathan Glazer, en "el credo de los judíos americanos".
Los estudios sobre el Holocausto se basan en la falacia de que el sufrimiento único confiere un derecho único. Este siempre fue el propósito de lo que Finkelstein llama «la industria del Holocausto».
“El sufrimiento judío se describe como inefable, incomunicable y, sin embargo, siempre debe ser proclamado”, escribe el historiador europeo Charles Maier en “El pasado indomable: Historia, Holocausto e identidad nacional alemana”. “Es intensamente privado, no debe diluirse, sino que es simultáneamente público para que la sociedad gentil confirme los crímenes. Un sufrimiento muy peculiar debe ser consagrado en lugares públicos: museos del Holocausto, jardines de la memoria, lugares de deportación, dedicados no como monumentos judíos sino cívicos. Pero ¿cuál es el papel de un museo en un país, como Estados Unidos, lejos del lugar del Holocausto? … ¿Bajo qué circunstancias puede un dolor privado servir simultáneamente como dolor público? Y si el genocidio se certifica como dolor público, ¿no debemos entonces aceptar también las credenciales de otros dolores particulares? ¿Tienen los armenios y camboyanos también derecho a museos del Holocausto financiados con fondos públicos? ¿Y necesitamos monumentos a los adventistas del séptimo día y a los homosexuales por su persecución a manos del Tercer Reich?”
Cualquier crimen que Israel cometa en nombre de su supervivencia -su "derecho a existir"- se justifica en nombre de esta singularidad. No hay límites. El mundo es blanco y negro, una batalla interminable contra el nazismo, que varía según a quién ataque Israel. Desafiar esta sed de sangre es ser antisemita y facilitar otro genocidio de judíos.
Esta fórmula simplista no solo sirve a los intereses de Israel, sino también a los de las potencias coloniales que perpetraron sus propios genocidios, los cuales buscan ocultar. ¿Qué fue la aniquilación de los nativos americanos por parte de los colonos europeos, la de los armenios por los turcos, la de los indios en la hambruna de Bengala por los británicos o la hambruna orquestada por los soviéticos en Ucrania? ¿Y qué decir del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki? ¿Es el destino mesiánico tan diferente de la adhesión de los nazis al concepto de "Lebensraum"? Sin embargo, se habla bien de holocaustos, alimentados por la misma deshumanización y las mismas pulsiones asesinas.
La sacralización del Holocausto nazi ofrece una extraña contrapartida. Armar y financiar al Estado de Israel, impedir la adopción de resoluciones y sanciones de la ONU para condenar sus crímenes y demonizar a los palestinos y a quienes los apoyan es una prueba de expiación y apoyo a los judíos. Israel, a cambio, absuelve a Occidente de su indiferencia ante la difícil situación de los judíos durante el Holocausto y a Alemania de perpetrarlo.
Alemania utiliza esta alianza impía para separar al nazismo del resto de la historia alemana, incluido el genocidio que los colonos alemanes llevaron a cabo contra los nama y los herero en el África sudoccidental alemana, hoy Namibia.
“Una tal manipulación”, escribe el historiador israelí y experto en genocidio Raz Segal, “legitima el racismo contra los palestinos en el preciso momento en que Israel perpetra el genocidio contra ellos. La idea de la singularidad del Holocausto, por lo tanto, reproduce, en lugar de desafiar, el nacionalismo excluyente y el colonialismo de asentamiento que condujeron al Holocausto”.
Segal, director del programa de Estudios del Holocausto y Genocidio de la Universidad de Stockton en Nueva Jersey, escribió un artículo sobre Gaza el 13 de octubre de 2023, seis días después de la incursión de Hamás y otros combatientes palestinos en Israel, titulado: «Un caso clásico de genocidio». Esta denuncia, de un estudioso israelí del Holocausto, cuyos familiares perecieron en el Holocausto, fue una postura muy solitaria.
Segal vio en la demanda inmediata del gobierno israelí de que los palestinos evacuen el norte de Gaza, y en la demonización espeluznante de los palestinos por parte de funcionarios israelíes (el ministro de Defensa dijo que Israel estaba “luchando contra animales humanos”), el hedor del genocidio.
“La idea de la prevención y del 'nunca más' es que, como enseñamos a nuestros estudiantes, hay señales de alerta que, una vez que las detectamos, debemos trabajar para detener el proceso que podría derivar en genocidio”, dijo Segal cuando lo entrevisté, “incluso si aún no es genocida”.
Puedes ver mi entrevista con Segal aquí.
“Los estudios del Holocausto como campo podrían estar muertos, lo cual no es necesariamente malo”, continuó. “Si de hecho los estudios del Holocausto están entrelazados desde el principio con la ideología de la memoria global del Holocausto, quizás sea positivo que ya no existan estudios del Holocausto. Y tal vez abra la puerta a investigaciones aún más interesantes e importantes sobre el Holocausto como historia, como historia real”.
Segal pagó por su valentía y honestidad. La oferta para dirigir el Centro de Estudios del Holocausto y el Genocidio de la Universidad de Minnesota, que no ha emitido ninguna condena del genocidio palestino, fue revocada.
Casi dos años después del genocidio, la Asociación Internacional de Estudiosos del Genocidio finalmente emitió una declaración diciendo que la conducta de Israel cumple con la definición legal establecida en la Convención de las Naciones Unidas sobre Genocidio.
Pero la gran mayoría de los estudiosos del Holocausto permanecen en silencio, condenando sin cesar las atrocidades cometidas por Hamás e ignorando las cometidas por Israel. Guardaron silencio cuando Sudáfrica argumentó ante la Corte Internacional de Justicia que Israel estaba cometiendo genocidio. Guardaron silencio cuando Amnistía Internacional publicó un informe en diciembre de 2024 acusando a Israel de genocidio.
“¿Cuántos estudiantes palestinos solicitan programas de posgrado en Estudios del Holocausto y el Genocidio en todo el mundo? Generalmente ninguno. ¿Cuántos académicos palestinos se identifican como académicos en este campo? Ellos también se pueden contar con los dedos de una mano”, escribe Segal en un artículo en coautoría publicado en el Journal of Genocide Research.
El genocidio está codificado en el ADN del imperialismo occidental. Palestina lo ha dejado claro. El genocidio es la siguiente etapa de lo que el antropólogo Arjun Appadurai llama «una vasta corrección maltusiana mundial» que está «orientada a preparar al mundo para los ganadores de la globalización, sin el molesto ruido de sus perdedores».
La financiación y el armamento que Estados Unidos y las naciones europeas otorgan a Israel mientras perpetra genocidio ha desmoronado el orden jurídico internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial. Ya no tiene credibilidad. Occidente ya no puede sermonear a nadie sobre democracia, derechos humanos ni las supuestas virtudes de la civilización occidental.
“Al mismo tiempo que Gaza induce vértigo, una sensación de caos y vacío, se convierte para innumerables personas impotentes en la condición esencial de la conciencia política y ética en el siglo XXI, tal como lo fue la Primera Guerra Mundial para una generación en Occidente”, escribe Pankaj Mishra en “El mundo después de Gaza”.
La capacidad de difundir la ficción de que el Holocausto nazi es único, o que los judíos tienen derechos únicos, ha terminado. El genocidio presagia un nuevo orden mundial, uno donde Europa y Estados Unidos, junto con su aliado Israel, son parias. Gaza ha sacado a la luz una oscura verdad: la barbarie y la civilización occidental son inseparables.
(Fuente: https://chrishedges.substack.com/; visto en https://www.verdadypaciencia.com/)
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