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sábado, 1 de abril de 2023
EL HOMBRE QUE SALVÓ AL MUNDO
Una mañana de septiembre del año 1983 la lucidez y sangre fía del teniente coronel de 44 años Stanislav Petrov salvó al mundo de un holocausto nuclear. Su gesto solo fue reconocido tardíamente, pero la historia finalmente le ha reconocido como el héroe que fue.
El oficial soviético estaba a pocas horas de terminar su guardia en el Serpukhov-15, el centro de operaciones de alerta temprana ubicado a las afueras de Moscú, donde el ejército ruso monitorizaba sus satélites y los posibles ataques sobre la URSS … cuando las alarmas se dispararon. Los equipos advertían del lanzamiento de cinco misiles balísticos intercontinentales LGM-30 Minuteman desde una base estadounidense.
La alarma sonó durante uno de los períodos más tensos de la Guerra Fría. Tres semanas antes, los soviéticos habían derribado un vuelo comercial de Korean Air Lines después de haber cruzado el espacio aéreo soviético, matando a 269 personas, incluido el congresista norteamericano de Georgia que iba a bordo. El presidente Ronald Reagan acababa de rechazar las peticiones de congelar la carrera armamentista, excusándose en su declaración de que la Unión Soviética era un “imperio malvado”. Por el otro lado, el líder soviético Yuri V. Andropov, estaba obsesionado con un inminente ataque estadounidense.
El teniente coronel Petrov estaba en el punto crucial de la cadena de toma de decisiones. Sus superiores en el Serpukhov-15 llamaron de inmediato al Estado Mayor del Ejército, que a su vez quería consultar de inmediato con Andropov para iniciar el lanzamiento de un ataque de represalia. Pero el que debía dar la novedad era el oficial de guardia, él. Sin la novedad del oficial de guardia no se podía mover un dedo. La importancia de respetar le protocolo.
La decisión que lo salvó todo
Tras cinco minutos interminables, durante los cuales las alarmas y los mapas electrónicos no dejaron de parpadear y sonar, Petrov sostenía un teléfono en una mano y un intercomunicador en otra tratando de absorber el flujo de información que le llegaba. El oficial lo tenía claro, los informes del sistema de alarma temprana eran -seguramente- una falsa alarma.
Mientras tanto, las pantallas cambiaron su alerta, y donde ponía “lanzamiento” apareció “ataque con misiles». El tiempo se le echaba encima, tenía que tomar una decisión. Había que dar la Novedad. ¿Era un ataque real? Petrov tuvo que decir algo. En menos de 20 minutos los misiles llegarían a su destino, según las consolas.
Como explicó más tarde, fue una decisión instintiva. No se fiaba de la tecnología soviética y, además, la relativa escasez de misiles que se lanzaron no cuadraba con un ataque norteamericano. Los historiadores que han analizado este episodio coinciden en que la calma y el frío análisis de la situación, que realizó el teniente coronel Petrov, ayudó a evitar la catástrofe.
A medida que la tensión en el Centro de Operaciones crecía -había más de 100 militares en la sala pendientes de la decisión de Petrov- el teniente coronel tomó su decisión: informó que la alerta se debía a un mal funcionamiento del sistema.
El general Yury Votintsev, entonces comandante de las fuerzas de defensa de misiles de la defensa aérea soviética, que fue el primero en escuchar el informe, anotó la novedad en silencio.
El teniente coronel Petrov atribuyó su juicio tanto a su entrenamiento como a su intuición. Le habían dicho que un primer ataque nuclear por parte de los estadounidenses se produciría en forma de un ataque abrumador, posiblemente cientos de misiles hubieran sido lanzados, no cinco.
Además, las instalaciones de radar soviéticas de tierra —que controlaban el espacio aéreo— no detectaron ningún objeto.
Las consecuencias de su decisión
Al principio, el coronel Petrov fue elogiado por su calma, pero en una investigación posterior se le preguntó por qué no había registrado todo lo que había ocurrido en su Libro de Guardia: “Porque tenía un teléfono en una mano y el intercomunicador en la otra, y no tengo una tercera mano”, respondió. Por la “inadecuada presentación de documentos” recibió una reprensión verbal, fue relegado de su puesto y el incidente se ocultó hasta los años 90.
Según lo desvelado en aquellos años del glásnost, la falsa alarma, se activó cuando el satélite confundió el reflejo que producía el sol en las nubes con un lanzamiento de misiles. El código fuente del programa que debía filtrar esa información había fallado y tuvo que ser reescrito.
¿Quién era Stanislav Petrov?
Stanislav Yevgrafovich Petrov nació el 7 de septiembre de 1939, cerca de Vladivostok, Rusia. Su padre había sido piloto de combate durante la Segunda Guerra Mundial; su madre era enfermera. Estudió en la Escuela Superior de Radio-Técnica de Ingeniería de Kiev de la Fuerza Aérea Soviética. Tras unirse a las Fuerzas de Defensa Aérea, ascendió rápidamente y fue asignado al sistema de alerta temprana desde sus inicios, a principios de los años 70.
Tras el incidente, ya como coronel, se retiró de las fuerzas armadas en 1984. Obtuvo un trabajo como ingeniero superior en el instituto de investigación que, curiosamente, había creado el sistema de alerta temprana. Poco después se retiró para cuidar a su esposa, Raisa, que tenía cáncer, enfermedad de la que falleció en 1997.
El recuerdo del coronel Petrov se había desvanecido en la oscuridad, en su jubilación se había visto obligado a cultivar patatas para alimentarse ya que su pensión no le alcanzaba apenas para sufragar sus gastos; hasta que su papel clave en evitar lo que pudo ser el Gran Armagedón Nuclear salió a la luz en 1998 con la publicación de las memorias del general Yuriy V. Votintsev.
Aquel libro le dio al Coronel Petrov una nueva vida. En 2006, viajó a los Estados Unidos para recibir un premio de la Asociación de Ciudadanos del Mundo , y en 2013 recibió el Premio de la Paz de Dresde . En 2014 se realizó una película documental titulada “El hombre que salvó el mundo” que recordaba su hazaña.
El coronel Petrov murió en mayo de 2017, a los 77 años, en Fryazino, un suburbio de Moscú, donde vivía solo. La muerte apenas tuvo eco en las noticias rusas.
Miguel Ángel Ferreiro
(Fuente: https://elretohistorico.com/)
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