La invención de Ómicrones era imprescindible para continuar el relato.
Haciendo creer a los inoculados que han “pasado la Covid” de forma leve gracias a estar “vacunados” todos los efectos adversos de las inyecciones que les vayan surgiendo en los próximos meses y años podrá el médico colaboracionista achacarlos al “virus” exculpando a las terapias génicas.
De este modo para el creyente covidicio esas arritmias, cansancio, aumento del dímero D, cefaleas y cosas peores serán para siempre “Covid sigiloso”.
En los últimos meses todos los efectos adversos que hace más de un año anunciamos que ocurrirían por las inyecciones se han ido incorporando al catálogo de secuelas Covid cerrando el círculo: según el relato no fueron las vacunas, fue El Virus.
El plan globalista no necesita ciencia ni datos, no importa que mueran unas 100 personas en exceso en España cada día por razones no explicadas, todo se justifica con unos buenos guionistas, y tienen a los mejores.
Cada giro de guion explica lo que ocurra de modo que al que no profundiza ni se informa todo le encaja a la perfección.
Uno oye conversaciones de creyentes y dan ganas de intervenir, todo es lógico, da igual cuanta gente se ponga mala, no saben la subida descomunal del cáncer, ni los ictus, ni los infartos, ni los hospitales llenos de inoculados haciéndose análisis y placas porque no están bien.
Solo cuenta el famoso “yo lo pasé leve, menos mal que estaba vacunado”.
De todo esto aprendemos algo, con un buen guion y los medios de comunicación comprados se puede convencer a la población de cualquier cosa, pero no a todos.
Una buena noticia es que las personas que se paran a pensar crecen en todo el mundo, y que una vez que ves a estas hienas en un tema, empiezas a verlas en otros.
Sigue habiendo muchos a los que lo que menos les cuadra es que tantos miles de profesionales se pongan de acuerdo en engañar al resto; tiene una explicación muy sencilla.
Uno tiende a querer creer aquello que le reporta beneficios directos o indirectos.
A veces simplemente es conservar el trabajo.
La presión hace que seguir el relato pactado sea confortable, cómodo y satisfactorio; en cambio dudar y pensar por libre es un camino lleno de tensión.
Este es el motivo por el cual tantos médicos no quieren “complicarse la vida” y deciden mirar para otro lado, sobre todo si llevan años acudiendo a congresos pagados por las farmacéuticas e incluso reciben ciertas aportaciones de ellas.
“No quiero líos” es la actitud que unifica a millones, no hace falta aleccionarlos o meterlos en conspiraciones, basta con hacerles la vida imposible a los libres.
Por tanto, no es que todos los sanitarios reciban sobres bajo la puerta y conspiren por las esquinas, no; simplemente ir a favor de la corriente es fácil, lucrativo y popular, mientras informarse es un lujo que muy pocos pueden permitirse.
Ejemplos de esto hay en toda la historia, los colaboracionistas por comodidad o cobardía, los noquierolios son un alto porcentaje de la población, por eso existe el concepto de verdad incómoda.
Una verdad incómoda es algo que no quiero saber porque me va a complicar la vida, por tanto al que viene a contármela lo rechazo, es la actitud del mito del avestruz que esconde la cabeza para no ver.
Eso es lo que une a tantos funcionarios, profesionales, artistas y periodistas: necesito mi trabajo y que me llamen negacionista me perjudica.
Puro egoísmo, pura injusticia, puro defecto ... que además se vende como que son responsables y solidarios, el colmo.
Por tanto, hay dos opciones; por un lado hacer preguntas incómodas, ser señalado, correr peligro en el trabajo, ser marginado, insultado y despreciado; por otra seguir la corriente, presumir de seguir a la ciencia, ser solidario, ser responsable, recibir privilegios, que te dejen entrar en todas partes y sentirte con el mundo, la razón y además recibir premios de todo tipo.
¿Todavía les cuesta creer que un alto porcentaje de la población elija esta segunda opción? ¿Les parece raro que lo hagan?
A mi no.
Pero si estas personas que toman el camino cómodo se paran a pensar se sentirán mal. Verán que todo lo que merece la pena en la sociedad humana se gana con gente que actúa al revés de lo que están haciendo ellos.
Verán que están siendo muy egoístas e insolidarios permitiendo que a sus propios familiares y amigos los discriminen, acosen e insulten por tomar una opción legítima.
Verán que permitir censuras, que aceptar privilegios sin sentido, que actuar en la vida por comodidad es innoble.
Verán que el ejemplo que están dando a sus hijos es patético.
Pero sobre todo por desgracia verán que una dosis les llevará a otra hasta que les toque el efecto adverso que a lo mejor evitaron en las dos primeras. Es jugar a la ruleta rusa, es conducir sin cinturón... no pasa nada hasta que pasa.
Así se explica la actitud de tantas personas que no son intrínsecamente malas ni tontas, simplemente están actuando por egoísmo y comodidad personal.
Fernando López-Mirones
(https://t.me/elaullido)
El plan globalista no necesita ciencia ni datos, no importa que mueran unas 100 personas en exceso en España cada día por razones no explicadas, todo se justifica con unos buenos guionistas, y tienen a los mejores.
Cada giro de guion explica lo que ocurra de modo que al que no profundiza ni se informa todo le encaja a la perfección.
Uno oye conversaciones de creyentes y dan ganas de intervenir, todo es lógico, da igual cuanta gente se ponga mala, no saben la subida descomunal del cáncer, ni los ictus, ni los infartos, ni los hospitales llenos de inoculados haciéndose análisis y placas porque no están bien.
Solo cuenta el famoso “yo lo pasé leve, menos mal que estaba vacunado”.
De todo esto aprendemos algo, con un buen guion y los medios de comunicación comprados se puede convencer a la población de cualquier cosa, pero no a todos.
Una buena noticia es que las personas que se paran a pensar crecen en todo el mundo, y que una vez que ves a estas hienas en un tema, empiezas a verlas en otros.
Sigue habiendo muchos a los que lo que menos les cuadra es que tantos miles de profesionales se pongan de acuerdo en engañar al resto; tiene una explicación muy sencilla.
Uno tiende a querer creer aquello que le reporta beneficios directos o indirectos.
A veces simplemente es conservar el trabajo.
La presión hace que seguir el relato pactado sea confortable, cómodo y satisfactorio; en cambio dudar y pensar por libre es un camino lleno de tensión.
Este es el motivo por el cual tantos médicos no quieren “complicarse la vida” y deciden mirar para otro lado, sobre todo si llevan años acudiendo a congresos pagados por las farmacéuticas e incluso reciben ciertas aportaciones de ellas.
“No quiero líos” es la actitud que unifica a millones, no hace falta aleccionarlos o meterlos en conspiraciones, basta con hacerles la vida imposible a los libres.
Por tanto, no es que todos los sanitarios reciban sobres bajo la puerta y conspiren por las esquinas, no; simplemente ir a favor de la corriente es fácil, lucrativo y popular, mientras informarse es un lujo que muy pocos pueden permitirse.
Ejemplos de esto hay en toda la historia, los colaboracionistas por comodidad o cobardía, los noquierolios son un alto porcentaje de la población, por eso existe el concepto de verdad incómoda.
Una verdad incómoda es algo que no quiero saber porque me va a complicar la vida, por tanto al que viene a contármela lo rechazo, es la actitud del mito del avestruz que esconde la cabeza para no ver.
Eso es lo que une a tantos funcionarios, profesionales, artistas y periodistas: necesito mi trabajo y que me llamen negacionista me perjudica.
Puro egoísmo, pura injusticia, puro defecto ... que además se vende como que son responsables y solidarios, el colmo.
Por tanto, hay dos opciones; por un lado hacer preguntas incómodas, ser señalado, correr peligro en el trabajo, ser marginado, insultado y despreciado; por otra seguir la corriente, presumir de seguir a la ciencia, ser solidario, ser responsable, recibir privilegios, que te dejen entrar en todas partes y sentirte con el mundo, la razón y además recibir premios de todo tipo.
¿Todavía les cuesta creer que un alto porcentaje de la población elija esta segunda opción? ¿Les parece raro que lo hagan?
A mi no.
Pero si estas personas que toman el camino cómodo se paran a pensar se sentirán mal. Verán que todo lo que merece la pena en la sociedad humana se gana con gente que actúa al revés de lo que están haciendo ellos.
Verán que están siendo muy egoístas e insolidarios permitiendo que a sus propios familiares y amigos los discriminen, acosen e insulten por tomar una opción legítima.
Verán que permitir censuras, que aceptar privilegios sin sentido, que actuar en la vida por comodidad es innoble.
Verán que el ejemplo que están dando a sus hijos es patético.
Pero sobre todo por desgracia verán que una dosis les llevará a otra hasta que les toque el efecto adverso que a lo mejor evitaron en las dos primeras. Es jugar a la ruleta rusa, es conducir sin cinturón... no pasa nada hasta que pasa.
Así se explica la actitud de tantas personas que no son intrínsecamente malas ni tontas, simplemente están actuando por egoísmo y comodidad personal.
Fernando López-Mirones
(https://t.me/elaullido)
“La Matriz” es un sistema, Neo. Ese sistema es nuestro enemigo. Pero cuando estás dentro, miras a tu alrededor, ¿Qué ves? Hombres de negocios, maestros, abogados, carpinteros. Las mentes de la gente que intentamos salvar”.
ResponderEliminar“Tienes que entender que la mayoría de estas personas no están listas para ser desenchufadas. Y muchos de ellos están tan acostumbrados, tan desesperadamente dependientes del sistema, que lucharán para protegerlo.”
Y claro que lo harán, por miedo, por dinero, fama, poder, irán a la guerra y morirán por un sistema que solo nos trata como esclavos y siempre nos mandan a la muerte o la desesperación porque es más fácil matar a muchos que a los pocos que nos dominan, masa borrega y animal que solo servimos para trabajar y perdemos el tiempo en ser vagos, comilones y "pocreamos" como conejos, así nos ven, no tienen empatía porque no les servimos, no somos muchos pero si somos muchos para sus nuevos planes que tienen para el futuro, esta locura tiene los días contados y claro que cuesta de creer pero queridos borregos, tenemos los datos, tenemos las pruebas y tenemos la experiencias del pasado, antes montamos moles de piedras para mayor gloria del emperador de turno a bases de latigazos, ahora nos matan con balas, virus y miedo y nos "pagan" con monedas sin valor para avanzar en sus obras sin sentido fabricando cosas que no sirven de nada pero nos hacen creer que son imprescindibles y que no podemos ya vivir sin ellas. ¿Hasta cuando? Bueno, es una pregunta cuya respuesta depende de nosotros.
Excelente artículo que describe perfectamente a más de uno que conozco Pero no merece la pena tratar de convencerles. Esta gente lo que peor lleva es que les demuestres a la cara lo imbéciles que han sido. Soberbia e ignorancia... No tienen arreglo... Ya lo dijo el maestro angelico: "Duplices, in quibus nati sumus,
ResponderEliminara nobis remove tenebras: peccatum, scilicet, et ignorantiam."
Así se explica la actitud de tantas personas que no son intrínsecamente malas ni tontas, simplemente están actuando por egoísmo y comodidad personal. No estoy de acuerdo, son cómplices de la maldad... y si fueran inteligentes rectificarían pues su actitud les lleva al precipicio y arrastra a otros por ejemplo a sus hijos.
ResponderEliminarEl egoísmo por ser muy común no deja de ser una de las múltiples caras de la maldad.
Tristemente te das cuenta que si a de venir un mundo mejor sobra mucha gente o nunca seria posible.
Todos estos son los “buenos” y “ejemplares” ciudadanos , que están llamando “irresponsables”, “insolidarios”, “ egoístas” y desean el apartheid indefinido o peor, la muerte, a todos quienes nos hemos tomado la molestia de investigar e informarnos, en lugar de aceptar la postura cómoda, que no la más segura, de tragarse acríticamente lo que defecan los medios de cretinización.
ResponderEliminarQuienes optamos por mantenernos firmes en nuestras convicciones, lo estamos teniendo muy difícil. Aún así, cada dificuttad nos da más fuerza. Más aún cuando el paso del tiempo nos está dando la razón.
La verdad es tozuda, siempre sale adelante. La mentira tiene las patitas muy cortas y es imposible sostenerla indefinidamente.
Algún día, ya no muy lejano, todos estos verdaderos egoístas, que, por conservar su plato de lentejas, decidieron ser cómplices mirando hacia otro lado, se llevarán las manos a la cabeza, por haber sido tan cobardes, aunque para muchos ya será tarde, demasiado tarde...