La Ministra en funciones Yolanda Diaz acaba de reunirse públicamente con un prófugo de la justicia, Carles Puigdemont, que carece de inmunidad porque el Parlamento Europeo se la retiró para ser juzgado. Y no, no ha ido a negociar la entrega del golpista, sino a solicitar su apoyo para la investidura de Pedro Sánc-hez como presidente del gobierno. A pedir a un delincuente que favorezca a su amo y señor. ¿Cabe mayor indignidad? Ni pelomocho soñó nunca con semejante enaltecimiento, ni la dignidad del gobierno cayó tan bajo en los últimos 200 años. Habría que remontarse a las capitulaciones de Bayona para encontrar un antecedente tan obvio de cómo se arrastra la dignidad de un país.
La ley española establece que la Sra. Ministra debe ser puesta a disposición judicial, por incumplir los Artículos 463, 464, 465, 466 del Código Penal, con INHABILITACION de cargo público durante 4 años y al ser reincidente, prisión de 3 a 6 años por colaborar con un prófugo de la justicia. ¿Cumplirá la fiscalía con su deber y pondrá en marcha los mecanismos de reprobación de la nariguda? Ya me extrañaría.
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