viernes, 19 de julio de 2024

CONSIDERAR QUE LO DE TRUMP HA SIDO UN AUTO-ATENTADO NO RESULTA COHERENTE CON LO QUE SABEMOS



- ¿Te convences ahora? Te dije que el tipo de la azotea no era el deshollinador

Nada más conocerse la noticia del atentado contra Trump hubo un sector del mundo conspiracionista que, movido por su convencimiento de ser más perspicaces que Sherlock Holmes, Poirot y Miss Murple unidos en animado "menage a trois" intelectual, dictaminó: "todo ha sido teatro", como si tal dictamen fuera la conclusión más obvia para cualquiera con un cociente intelectual apto para, no se, entender las películas de Nolan, por ejemplo, al menos al segundo visionado.

Estos analistas de barra de bar Paco, con la autosuficiencia que da el pensar que todo lo que sentencian quitándose el palillo de la comisura de la boca es un pronunciamiento "ex cathedra", que si acaso sus detractores tendrán que refutar, salieron en tromba a recordarnos que la simpatía del populacho está con las víctimas, que lo que consideran un ostensible montaje sumará miríadas de votos al candidato republicano y que Trump ya había actuado en películas (malas actuaciones todas, la verdad, salvo la de "Como triunfar en Wall Street", lo que no tiene mérito porque se interpretaba a sí mismo).


¿Pacman? No, el perímetro de seguridad establecido por el servicio
secreto en torno a Trump, dejando fuera la posición ocupada por el
tirador. Demasiado conveniente como para ser una mera chapuza.
Vamos, que, haciendo gala de su superioridad intelectual y del óptimo rendimiento de su masa encefálica, nos han explicado a los crédulos el por qué de la supuesta pantomima, olvidando el nimio detalle de que todo montaje tiene, además de un objetivo, un cómo, un "modus operandi", unas pautas que lo guían y que aquí, de concedérseles la razón, parecen un tanto rocambolescas, pues integran tiradores capaces de atinar milimétricamente en un blanco móvil, un millonario que arriesga su vida innecesariamente por un puñado de votos, sin saber si como resultado del tinglado acabará como un héroe o como un mártir, y un plan que al menor fallo se traduciría en desastre de proporciones bíblicas.

Así que vamos a dejarnos de maximalismos y considerar los ingredientes del supuesto montaje, para aterrizar en los detalles que, una vez analizados, tiran por tierra la hipótesis del auto-atentado para recordarnos que a veces las cosas son lo que parecen. O no, pero en ese caso hay que hilar muy fino y dejarse de conclusiones sintéticas que omiten toda premisa, que es el proceder al que han acudido los analistas "sobraos" en este caso.

¿Cómo habría que interpretar realmente lo que todos hemos visto -desde varios ángulos, además- para considerar que hay truco del almendruco detrás?

- Hipótesis "A": la "bala mágica". Un tirador situado a 140 metros de su objetivo acertó en la oreja de Trump de un modo impecable porque era lo acordado (el candidato pensaba que si "París bien vale una misa" la Casa Blanca bien vale un trozo de cartílago, o un tinnitus crónico, o estar soportando de por vida chistes que le comparen con Van Gogh). El pequeño detalle de que no exista en el mundo tirador capaz de garantizar ese resultado -acertar en la oreja de un tipo que acaba de girar la cabeza es incomparablemente más difícil que acertarle en la cabeza- con un blanco en movimiento y a esa distancia no desanima a tales analistas o ano-listos (listos del culo). Supongo que consideran que los movimientos de Trump habían sido previamente diseñados por un coreógrafo para adecuarlos al disparo más preciso de toda la historia de la humanidad.

Creo que la hipótesis se descalifica sola.

- Hipótesis "B": el "Holfield/Tyson". Los disparos fueron de fogueo y cuando Trump se agacha llevándose la mano a la oreja derecha se arranca él mismo un trozo de su pabellón auricular, provocando el Cristo que todos hemos visto. Dado que la fuerza necesaria para tan brutal automutilación hubiera hecho que su mano derecha hubiera salido disparada por efecto de la inercia del tirón, cosa que no vemos en las imágenes (todo ocurre en un lugar abierto y bajo el escrutinio de las cámaras), hay que descartar esta segunda hipótesis y considerar la variable de una pequeña carga explosiva en el lado derecho de la cabeza, activada por control remoto y cuya acción se proyecta hacia afuera (hacia la oreja) en vez de hacia la cabeza, lo que hubiera podido causar una conmoción cerebral al candidato, y hecho imposible el predecir cómo iba a reaccionar, si jurando en arameo o improvisando una haka neozelandesa. En definitiva: nanotecnología ultrasecreta combinada con una bolsita de ketchup, que las salsas lo amenizan todo.

Lo que no fue fogueo fue el disparo que acabó con la vida de un espectador situado en la trayectoria de tiro, pero vaya usted a saber si no era un espantapájaros, un maniquí de baratillo o un recortable de cartón en vez de un "homo sapiens sapiens" funcional.

- Hipótesis "C": "simulación total". Venga, puestos a buscarle tres pies al gato asumamos que todos los que estaban allí eran hologramas pregrabados y proyectados. Los que saben de verdad llevan décadas advirtiéndonos -"La invención de Morel", "Dark City", "Matrix", etc.- de que TODA la realidad es un simulacro, un programa interactivo, un facsímil digital. Sorprenderse de la falta de entidad real de un mero nodo cuántico -eso fue, en definitiva, lo sucedido en Butler el 13 de julio- del inmenso videojuego que tomamos por universo es propio de aquellos a los que los árboles no les dejan ver el bosque (bosque hecho con CGI, por supuesto). Así que sí, el atentado fue preprogramado porque todo está preprogramado, incluída -espero- la cita con el psiquiatra de los partidarios de esta última hipótesis.


Y ahora, queridos magufos resabiados que sentenciásteis "¡Mise en scène!" al minuto uno. ¿Podéis refutar la "reductio ad absurdum" que propongo?

Dejad vuestro ego a un lado y bajad a la arena del debate. Aguardo comentarios argumentados.

(posesodegerasa)

En respuesta a quienes afirman que Trump fue alcanzado en el lóbulo,
la imagen prueba que éste está intacto y la zona afectada por el disparo
del tirador competente (que no es Crooks) es el arco superior de la oreja

Imagen que demuestra que, pese a la fantasía imaginada por el canal
"Guerreros estoicos", cualquier manipulación de un supuesto artefacto
bajo el estrado por parte de Trump hubiera tenido multitud de testigos
.

Existen al menos cuatro posiciones sumamente discretas desde las que un ti-
rador profesional pudo intentar abatir a Trump mientras la multitud creía que
quien disparaba era el chico con gafas perfectamente localizado

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