Obviamente no son demasiado tóxicas para tirarlas por el WC. Cuando además muchas son placebos. De lo que se trata es grabarnos a fuego otro ritual de sometimiento.
De que abdiquemos de nuestros sentido común, y pasemos por el aro ante una incongruencia mas.
Desde el momento en que les damos a muchos medicamentos un poder malvado (medioambiental) que no tienen, les damos un poder "sanador" que tampoco tienen.
Obviamente, ello no impide que haya "medicamentos" que sean auténticos venenos. También ligados a otros rituales. Por ejemplo, con el bicho en todo el proceso de pasar por el aro se prescindía de pasar por el médico, no hubo prescripción alguna. Todo era AUTOCITA.
Ni siquiera había un tribunal que nos condenase. Se trataba de que fuéramos nosotros solitos al matadero. Para que a su vez sirviéramos de fiscales de quienes se negaban. Algo que hubiera sido mucho mas difícil si el personal se hubiera dejado pichar, sólo tras una receta con el nªde colegiado y su firma.
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ResponderEliminarPasmao
Obviamente no son demasiado tóxicas para tirarlas por el WC. Cuando además muchas son placebos. De lo que se trata es grabarnos a fuego otro ritual de sometimiento.
De que abdiquemos de nuestros sentido común, y pasemos por el aro ante una incongruencia mas.
Desde el momento en que les damos a muchos medicamentos un poder malvado (medioambiental) que no tienen, les damos un poder "sanador" que tampoco tienen.
Obviamente, ello no impide que haya "medicamentos" que sean auténticos venenos. También ligados a otros rituales. Por ejemplo, con el bicho en todo el proceso de pasar por el aro se prescindía de pasar por el médico, no hubo prescripción alguna. Todo era AUTOCITA.
Ni siquiera había un tribunal que nos condenase. Se trataba de que fuéramos nosotros solitos al matadero. Para que a su vez sirviéramos de fiscales de quienes se negaban. Algo que hubiera sido mucho mas difícil si el personal se hubiera dejado pichar, sólo tras una receta con el nªde colegiado y su firma.
Las cosas no ocurren por casualidad