CONVULSIONES E INSUFICIENCIA CARDIACA EN NIÑOS SOMETIDOS A LA INOCULACIÓN COVID

Después de años de ignorar serias señales de seguridad con las vacunas COVID-19, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) finalmente encargó un estudio de seguridad y analizó más de cerca dos eventos adversos graves que afectan a niños pequeños y adolescentes: inflamación cardíaca y convulsiones.

En un gran estudio de cohorte que involucró a más de 4 millones de niños vacunados, la FDA detectó un aumento en las convulsiones en niños de 2 a 5 años. La agencia también encontró un aumento en la miocarditis y pericarditis en niños de 12 a 17 años.

"Se detectaron señales estadísticas de miocarditis o pericarditis después de la vacunación con BNT162b2 en niños de 12 a 17 años y convulsiones después de la vacunación con BNT162b2 y ARNm-1273 en niños de 2 a 4 o 5 años", escribieron los autores del estudio.

Niños permanentemente lesionados, sin fundamento científico ni recurso legal

Las “vacunas” COVID-19 de Pfizer (BNT162b2) y Moderna (mRNA-1273) son responsables de aumentos repentinos de la inflamación y la insuficiencia cardíacas en niños en todo Estados Unidos. Estas lesiones graves y potencialmente mortales causadas por las vacunas se basaron en la falsa creencia de que los niños morirían sin las inyecciones o propagarían una infección que podría matar a sus mayores si no sucumbían a las inyecciones.

Prácticamente todas las entidades, instituciones y falsas autoridades de salud pública exigieron que los niños fueran sometidos a este experimento, y ahora millones de padres se están dando cuenta de que fueron manipulados en una estafa de proporciones diabólicas.

De los 73 millones de niños estadounidenses de entre 6 meses y 17 años, aproximadamente 26,2 millones han completado la serie primaria de una vacuna COVID-19 autorizada por la FDA. Otros 5,5 millones de niños estadounidenses habían recibido al menos una dosis de la serie primaria.

Estas inyecciones dañaron directamente a numerosos niños, sin ninguna justificación científica para su uso como “inmunizaciones”. Hay pocos o ningún recurso para las familias que han sufrido daños por vacunas, debido a las protecciones de amiguismo otorgadas a estas compañías de vacunas sin ley.

Niños obligados a aceptar el daño cardíaco y las convulsiones como algo normal y necesario para el “bien común”

Las vacunas de ARNm provocan inflamación del músculo cardíaco (miocarditis) y pueden provocar una mayor inflamación del revestimiento externo del corazón (pericarditis). La gravedad de esta lesión por vacuna varía de persona a persona. Ambas lesiones por vacunas restringen la capacidad del corazón para bombear sangre por todo el cuerpo. Esto provoca coágulos de sangre, accidentes cerebrovasculares, paro cardíaco y muerte súbita.

La miocarditis no es un efecto secundario leve y poco frecuente de la vacuna. Un estudio de diez años sobre miocarditis analizó los resultados mortales de esta afección. Entre 2.988 pacientes con miocarditis clínica, 362 experimentaron resultados trágicos. De ellos, 163 murieron en el plazo de un mes. Dentro de los 30 días posteriores al diagnóstico, hubo 40 muertes en adultos jóvenes, 52 muertes en adultos de mediana edad y 105 muertes en adultos mayores. Después de un período de seguimiento de 10 años, la mortalidad por todas las causas se produjo en 762 (25,5%) de la cohorte.

Las convulsiones febriles son un efecto adverso bien conocido de la vacunación, pero normalmente no se informa a los padres de este riesgo antes de someter a su hijo a la vacuna experimental de ARNm o a cualquier otra vacuna. En un estudio, los niños de entre 2 y 5 años tenían 2,5 veces más probabilidades de sufrir convulsiones febriles al día siguiente de recibir la vacuna COVID-19 en comparación con los días 8 a 63 después de la inyección.

A pesar de estos hallazgos sobre la miocarditis, la pericarditis y las convulsiones en niños, la FDA aún concluye “que los beneficios conocidos y potenciales de la vacuna contra el COVID-19 superan los riesgos conocidos y potenciales de la infección por COVID-19”.

De hecho, la FDA continúa otorgando licencias para tres vacunas contra el COVID-19 para su uso en niños de 6 meses a 17 años, incluidas la BNT162b2 (Pfizer) y la mRNA-1273 (Moderna). Otra vacuna, la NVX-CoV2373 (Novavax), también está autorizada para niños de 12 a 17 años. El continuo abuso de niños con las vacunas COVID-19 es la razón por la que cada vez más padres cuestionan el escandaloso calendario de vacunas en su conjunto.

(Fuente: https://www.naturalnews.com/; visto en http://www.verdadypaciencia.com/)