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lunes, 14 de abril de 2025
LA OMS LLEVA A CABO EL LLAMADO 'EJERCICIO POLARIS', UN SIMULACRO QUE PODRÍA SER EL PRELUDIO DE UNA NUEVA FALSA PANDEMIA
En un mundo que aún se recupera de las secuelas del escándalo del COVID-19 y una avalancha de mandatos ilegales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a cobrar protagonismo con un simulacro de pandemia de dos días, el Ejercicio Polaris. Este último simulacro, en el que han participado más de 15 países y 20 agencias sanitarias regionales, ha reavivado el debate sobre las verdaderas intenciones de estos ejercicios. Los defensores de la libertad sanitaria señalan que estos simulacros no se limitan a la preparación, sino que forman parte de una agenda más amplia para controlar las narrativas y políticas sanitarias mundiales. La misma planificación se llevó a cabo en 2019, justo antes de la aparición del COVID-19.
El Ejercicio Polaris, realizado la primera semana de abril, se diseñó para poner a prueba el Cuerpo Mundial de Emergencias Sanitarias (GHEC) de la OMS, un marco que busca fortalecer el personal de emergencia de los países, coordinar el despliegue de equipos de refuerzo y expertos, y fortalecer la colaboración entre naciones. Según la OMS, en el ejercicio participaron más de 350 grupos de emergencias sanitarias conectados a nivel mundial, simulando un brote de un virus ficticio que se propaga por todo el planeta.
Los países participantes fueron Canadá, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, Etiopía, Alemania, Irak, el Reino de Arabia Saudita, Mozambique, Nepal, Pakistán, Qatar, Somalia, Uganda y Ucrania. Entre los organismos de salud regionales e internacionales participantes se encontraban los CDC de África, los CDC de Europa, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), la OIM, UNICEF, la Red Mundial de Alerta y Respuesta a Brotes Epidémicos, la iniciativa de Equipos Médicos de Emergencia, los socios de reserva y la Asociación Internacional de Institutos Nacionales de Salud Pública.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, enfatizó la importancia de la cooperación global, afirmando: «El Ejercicio Polaris demuestra que la cooperación global no solo es posible, sino esencial». Sin embargo, esta retórica de unidad y preparación es recibida con escepticismo por quienes ven a la OMS como una organización terrorista global, particularmente a la luz del escándalo del COVID-19. La confusión sobre el origen del virus y el impulso a la investigación de ganancia de función y a los programas de vacunas depredadores han suscitado serias preocupaciones éticas.
El momento del Ejercicio Polaris es particularmente notable, dado el historial de simulaciones similares. A mediados de octubre de 2019, pocos meses antes del brote de COVID-19, la Universidad Johns Hopkins, el Foro Económico Mundial (FEM) y la Fundación Bill y Melinda Gates organizaron el Evento 201, un ejercicio pandémico que predijo de forma inquietante la aparición del SARS-CoV-2. Esta supuesta coincidencia ha generado especulaciones generalizadas sobre el papel de estas organizaciones: crear campañas de propaganda bioterrorista con antelación y desarrollar estructuras de poder que puedan obligar a la gente a participar en nuevos experimentos médicos.
Estas simulaciones no son casuales, sino parte de una estrategia premeditada para crear las condiciones para la biovigilancia y la implementación de mandatos médicos ilegales. El enfoque del régimen de Biden en 2024, en prepararse para una pandemia de gripe aviar, aviva aún más estas preocupaciones, sugiriendo un patrón de respuestas terroristas orquestadas disfrazadas de preparación.
La verdadera amenaza: el control, no los virus
El Dr. Mike Ryan, Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, afirmó que el Ejercicio Polaris «demostró lo que es posible cuando los países actúan con urgencia y unidad, con el apoyo de socios bien conectados». Sin embargo, si algo nos han enseñado las lecciones del escándalo del COVID-19 es que la «preparación» global a menudo sirve como fachada para el control, en lugar de una protección genuina.
La verdadera amenaza, como ha demostrado la historia, no es el próximo virus, sino quién lo declara y prepara las vacunas. El papel de la OMS en la declaración de emergencias de salud pública y la orientación de las respuestas globales ha estado plagado de controversias. Los estrechos vínculos de la organización con las compañías farmacéuticas y el PCCh, y sus opacos procesos de toma de decisiones, han suscitado dudas sobre sus verdaderas motivaciones.
Mientras el mundo continúa lidiando con las consecuencias del escándalo del COVID-19, la última simulación de la OMS, el Ejercicio Polaris, sirve como un duro recordatorio de la necesidad de transparencia y rendición de cuentas en la gobernanza sanitaria mundial. La confusión sobre el origen del virus y el impulso a la investigación de ganancia de función y a los programas de vacunas depredadores representan una grave amenaza para los derechos humanos y la dignidad humana. Retirar la financiación de la OMS es un comienzo, pero desmantelarla debería ser un objetivo en tiempos de guerra para proteger al mundo de los controles totalitarios y la propaganda bioterrorista que emana de este infierno.
Lance D Johnson
(Fuente: https://www.naturalnews.com/; visto en https://www.verdadypaciencia.com/)
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Se han reunido países pero pagando y cobrando los participantes anónimos.
ResponderEliminarNo me consta que el mundo se recupere, más bien sigue su curso.
Sospecho que la nueva pandemia ya se ha caído con el covid
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ResponderEliminarLa fe en el "buenismo" mueve montañas... de idiotas. Yo solo espero que en la próxima "plandemia" que la habrá viendo como funcionan TODAS las anteriores, espero que haya menos "tragacionistas". Sigo en activo, no hago vacaciones.
Montañas, de idiotas, que gran imágen compa, seguiremos resistiendo a las grandes corporaciones y aportaremos nuestro granito de arena para poder caminar en una playa saludable. Amo!
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