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jueves, 31 de julio de 2025
CUANDO SE VUELVE A REPETIR CON EL CAMBIO CLIMÁTICO EL MISMO RELATO QUE CON LA PANDEMIA
El principal problema de la pandemia covid-19 fue el relato establecido por el “oficialismo” y con una gestión con total falta de sentido común y de criterios científicos, enfocando la pandemia desde el punto de vista de la inoculación del virus neuronal del miedo y la aceptación de un globalismo neoliberal donde quien llevaba las directrices era la OMS y las multinacionales farmacéuticas.
En este momento, el relato oficial es el del cambio climático, volviendo a repetirse el mismo esquema utilizado durante la pandemia, con nuevamente una inoculación del virus neuronal del miedo y volviendo a aceptar al globalismo neoliberal bajo las directrices de otro tipo de multinacionales.
Este virus neuronal del miedo lo podemos comprobar tanto en los partes meteorológicos de los medios de comunicación, por personas que, en vez de dar la información de forma aséptica se dedican a difundir que poco menos lo que viene es el infierno, y que tenemos que cuidarnos y protegernos, como si el ser humano, no supiese cuidarse a sí mismo.
Nos informan que en este junio, ha habido muertes por golpes de calor, eso si en personas de edad y con patologías. Ante esta inoculación del miedo, lo primero que hay que decir, es que los fallecidos, no se mueren por golpe de calor, se mueren de sus patologías, lo segundo, que se supone es que las personas mayores, se cuidan y no salen a las horas de mayor insolación, lo tercero, es que en el caso de que alguno así lo hiciese, ¿Qué parte de culpabilidad, en ese golpe de calor, tiene la cantidad de fármacos que esas personas toman diariamente, al interactuar con los rayos solares?. Todos sabemos que muchas medicaciones son incompatibles con los rayos solares.
Es evidente, que la información dada de fallecidos por golpes de calor, que en realidad han sido fallecidos por ser personas mayores con patologías, está completamente sesgada por ese relato del “oficialismo” con la connivencia de los profesionales sanitarios, que no se si quieren justificar, la negligencia que tuvieron durante la pandemia, para ahora decirnos que el culpable es el calor y no las patologías, entonces, ¿Cuál es su función como profesionales sanitarios, si son las condiciones climáticas las responsables de los fallecimientos?, ¿se está llegando a que se convierta en una profesión que no sirve para la sociedad actual?
Todos sabemos que durante el final del otoño y principios del invierno fallecen muchas más personas que las que suceden en primavera y verano, entonces, ¿por que no nos dicen que en invierno, los fallecidos se deben a los golpes de frío?, ¿tendrá algo que ver que en invierno las temperaturas son más bajas y, entonces no pueden justificar ese discurso oficial en base al CO2 y la temperatura?
Este “oficialismo” utiliza todos sus recursos como es la AEMET, dándonos predicciones catastrofistas de forma continuada, pero no ateniéndose a sus propios datos registrados de temperatura. Con los propios datos de AEMET desde el año 1961 hasta el 2018, se puede observar que de forma reiterada las subidas y bajadas de temperatura en base a las estaciones se muestran prácticamente equidistantes respecto al valor medio, e incluso respecto a los valores medios de los períodos utilizados por AEMET.
El valor medio de este período es de 13,56ºC, mientras que el valor medio, con los períodos utilizados por AEMET, 1961-1990, 1971-2000, 1981-2010, 1991 -2020, es de 13,44ºC, es decir un diferencial de 0,12ºC, lo cual no es significativo, si tenemos en cuenta que las mediciones de la temperatura han experimentado grandes cambios en la forma de medir, y, por lo tanto, diferencias de las incertidumbres de medida, ya que antes era manual, con termómetro de mercurio, y ahora, automático con termómetro electrónico.
Igualmente, si tenemos en cuenta durante todos estos años 1961- 2018, un 55% de los años las temperaturas han sido superiores a la media y un 45% inferiores, repartidos de forma más o menos homogénea, sin tendencia de que sean los últimos años los que tengan las temperaturas superiores.
Las olas de calor es más un problema creado por los humanos que por el clima, cuya razón está en el asfalto, hormigón, ladrillo, la impermeabilización del suelo y la falta de zonas verdes arboladas de las grandes ciudades, de forma que las hemos convertido en auténticas “islas de calor”. A esto habría que añadir los aparatos de aire acondicionado, que expulsan a la calle aire más caliente.
No se puede saber si hay más olas de calor que antes, porque apenas había datos, y, por lo tanto, no es comparable, teniendo en cuenta, además los equipos de medida ya mencionados anteriormente, y sabiendo que olas de calor ha habido siempre, pero el “oficialismo” nos sigue inoculando el virus neuronal del miedo, y nos hablan de refugios climáticos, que no dejan de ser bibliotecas, museos, iglesias, etc, donde, curiosamente existe aire acondicionado expulsando calor al exterior , mientras que esos equipos funcionan con energía, presentándose una incoherencia con el discurso de la reducción de energía.
El problema reside principalmente en el desarrollo urbanístico desmesurado de las ciudades, y, teniendo un ejemplo claro, en Bilbao donde no se está desurbanizando, sino todo lo contrarío, construyendo cada vez más, no disponiendo de zonas verdes de árboles con gran frondosidad de copa, y, por lo tanto, agravando el problema.
Por lo tanto, el “oficialismo” vuelve a repetir con el cambio climático el mismo escenario de la pandemia, utilizando a la profesión sanitaria y a los medios de comunicación para inocular en la sociedad el virus neuronal del miedo, dejando de lado el sentido común y los criterios científicos.
Jon Ander Etxebarria Garate
(Fuente: https://telegra.ph/)
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