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domingo, 28 de septiembre de 2025
¿ESTÁ PREPARÁNDOSE EUROPA PARA UN NUEVO CONFLICTO ARMADO EN MOLDAVIA?
La U.E. podría estar preparando un control total sobre Moldavia, incluso mediante la intervención militar y la ocupación efectiva del país, a cualquier costo.
Según el SVR (Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia), esta preparación incluye la concentración de unidades de la OTAN en Rumania, cerca de la frontera con Moldavia, y la planificación de un desembarco en la región ucraniana de Odessa para ejercer presión sobre Transnistria.
El organismo ruso cree que estos planes podrían activarse tras las elecciones parlamentarias moldavas de hoy domingo, o en el contexto de futuras tensiones, como las elecciones al Consejo Supremo de Transnistria del 30 de noviembre.
El SVR señala que Bruselas busca mantener a Moldavia en su política anti rusa a toda costa, incluso con fuerza militar.
Se informa que la OTAN ya ha comenzado a concentrar unidades en Rumania y que el primer grupo de militares de Francia y el Reino Unido ha llegado a Odessa, una ciudad ucraniana que Rusia reclama y que haría a dicho contingente potencial objetivo de ataques rusos.
El pretexto para una intervención podría ser la organización de provocaciones armadas contra Transnistria y el contingente ruso allí destacado.
Aunque las elecciones de hoy de septiembre podrían ser un punto de activación, el SVR considera que Bruselas no tiene intención de abandonar sus planes de presencia militar, incluso si las elecciones se desarrollan sin incidentes.
Si bien la fuente de la información que comparto es obviamente parcial, este blog ya advirtió hace más de dos años que la situación de Moldavia es un polvorín que puede estallar en cualquier momento: cuando la URSS se disolvió, la población de Transnistria proclamó su independencia … como la de Crimea. El Kremlin ha explicado que todavía le queda por liberar Odesa y conectar con Transnistria las regiones liberadas, lo que será presentado por la OTAN como prueba irrefutable de que se ha embarcado en un expansionismo voraz que debe ser contenido a toda costa.
Como suelo apostillar, ojalá me equivoque en mis pronósticos, pero con la U.E. ansiando una excusa que le permita lanzarse a una guerra abierta contra Rusia, la secesión de Transnitria, territorio pro-ruso, de la pro-europea Moldavia puede proporcionar esa excusa y desencadenar un conflicto de imprevisibles consecuencias.
(Fuente: https://t.me/PLANDEMIA_MUNDIAL_COVID/)
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A lo largo del domingo se irá sabiendo qué ocurre respecto a la tensa situación creada en Moldavia, donde una llamada de la infaltable Von der Leyen ha instado a la Junta Electoral a invalidar la candidatura del partido proruso Madia.
ResponderEliminarCon 150.000 soldados rusos destacados sobre el terreno -y tan cerca de Odessa- el desplazamiento de tropas de la OTAN al territorio crearía una tensión poco menos que irresoluble.
De momento Reino Unido, Francia, Alemania, Estonia, Letonia, Lituania, Noruega, Finlandia y Suecia, han declarado la situación de alerta naranja, lo que significa alta probabilidad de sufrir un ataque militar.
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EliminarSi no fuera porque soy ferviente seguidor de teorías conspirativas, de lo contrario opinaría que mucho "actores inconscientes" del mundo de la política, (mandados por los tipos listos de siempre), andan como locos para ver quien es el primero que provoca la III Guerra global... Como dije ya en otros comentarios, en este "juego" todas las fichas están colocadas, ¿Quién moverá primero?.
Como gane las elecciones el partido proruso, no va a ser tolerado por la inquisición europea de von der brujen. En las pasadas elecciones alemanas, avisaron claramente que no permitirían de ninguna manera la victoria de afd , hace poco murieron asesinados en Alemania 7 políticos de afd y apenas se hicieron eco de ello en los medios de comunicación. En Rumanía todo apuntaba a una clara victoria de el candidato nacionalista, pero el voto por correo cambió ese resultado, también con una clara ingerencia de la UE y de Francia en especial. La UE ha perdido el norte y sus dirigentes políticos tienen toda la intención de provocar un conflicto serio... ordenado por sus amos globalistas sionist@s.
ResponderEliminarA.S
Está claro que la hoja de ruta que tienen los GLOBÓCRATAS planificado para la DESAPARICIÓN pasa por PULVERIZAR EL OTRORA GRAN CONTINENTE VIEJO.
ResponderEliminarLo mire por donde lo mire,estoy asistiendo UN MOMENTO HISTÓRICO de LA AUTODESTRUCCIÓN DE UN CONTINENTE ENTERO desde dentro...
Alucinante!
1984.
Estamos en el punto donde la coyuntura política y la operación militar se alimentan mutuamente hasta convertirse en pretexto y detonante. Lo que sucede ahora en Moldavia, Transnistria y Odesa no es una serie de incidentes aislados: es la confección deliberada de un casus belli. No se trata de “relatos” en abstracto; se trata de movimientos, de advertencias, de presencias que, en el terreno estratégico, significan una sola cosa: preparar la escalada.
ResponderEliminarHace semanas que los servicios rusos han advertido de un plan para introducir fuerzas occidentales en la zona —y lo han hecho con nombres y lugares. El SVR y los canales próximos a Moscú han denunciado la llegada de contingentes franceses y británicos a Odesa y la posibilidad de que la UE y la OTAN organicen una presencia destinada a “ocupar” o controlar puntos claves en el litoral ucraniano, en particular la salida al mar que Rusia podría bloquear. Esa denuncia no puede descartarse como invención sin más: su poder reside en lo que provoca, no solo en su veracidad técnica. (The Moscow Times)
Al mismo tiempo, las elecciones en Moldavia han estallado en una convulsión que Europa calcula explotar. La victoria del partido pro-europeo y las denuncias de irregularidades han abierto la puerta a una estrategia clásica: declarar fraude, provocar manifestaciones masivas, presentar el orden público como insostenible y pedir ayuda externa para “restablecer la normalidad”. Esa solicitud de auxilio no sería un simple llamamiento humanitario: sería la llave para legitimar la entrada de fuerzas amigas en un teatro donde existen actores armados prorrusos y un enclave armado —Transnistria— que funciona como punto de apoyo de Moscú. (Le Monde.fr)
Quien piense que Transnistria es un apéndice inofensivo no entiende la geopolítica de la región. Transnistria es de facto prorrusa, con fuerzas y apoyos que nunca han renunciado a su conexión con Moscú. Siempre ha sido, para la estrategia rusa, un casus belli latente: la excusa histórica y práctica para intervenir si se considera amenazada la población rusa o los “intereses” de la Federación en esa franja. Si Moldavia —apoyada por fuerzas occidentales en Ucrania— decide “recuperar” Transnistria por la vía militar, o si las potencias occidentales permiten acciones que la pongan en peligro, la reacción rusa no será una mera respuesta mediática: será intervención. (Análisis sobre Transnistria y su estatus). (Lowy Institute)
Ahora el meollo: Odesa. La presencia de tropas francesas y británicas, sea probada en todas sus formas o difundida por canales rivales, opera como una cláusula de doble filo. Su función declarada es impedir el corte del acceso al mar ucraniano —una intención estratégica legítima desde el punto de vista occidental—, pero su efecto inmediato es convertir a esos contingentes en objetivos legítimos, tal como han advertido públicamente Moscú y sus portavoces. Putin y Lavrov han repetido sin ambages que cualquier fuerza extranjera en suelo ucraniano será considerada objetivo; eso convierte a cualquier soldado aliado en una ficha de riesgo directo. (Advertencias públicas de Lavrov y Putin). (Al Jazeera)
ResponderEliminarLa lógica militar es fría y cruel: si tropas de la OTAN son atacadas en Odesa, la alianza queda frente a una elección imposible. Responder significa admitir la confrontación directa con Rusia; no responder significa admitir la impotencia colectiva y la pérdida de credibilidad. Pero hay algo peor: la propia presencia de esas tropas aumenta la probabilidad material de choque. Estar “entre dos fuegos” —Transnistria por el oeste, Rusia por el este— no es una metáfora: es una situación real cuya consecuencia inevitable, si se desgaja hacia la acción, será un enfrentamiento abierto entre Rusia y la OTAN. Esa posibilidad ya no es teórica; es la matemática elemental de la guerra moderna. (Evaluaciones estratégicas y advertencias de análisis militares). (IISS)
No nos engañemos: hay actores que desean empujar esta escalada. Existen intereses políticos y militares que ven en la provocación una vía para redefinir espacios de influencia, vender agendas de seguridad, consolidar posiciones. Pero el resultado de esa apuesta no es controlable por comités de despacho. Una escaramuza cerca de Odesa, un choque con milicianos transnistrios, un golpe de artillería dirigido por Rusia contra fuerzas extranjeras, y la cadena se desata. No hay forma de que el incendio quede “localizado”: la responsabilidad colectiva de la OTAN funciona también en sentido inverso; un ataque contra uno puede arrastrar a todos.
Decir esto no es plegarse a un relato: es aplicar la aritmética de la violencia a la política. El casus belli de Transnistria ha estado ahí siempre —como posibilidad estratégica— y ahora se lo ha colocado en bandeja. Quien sostiene que la presencia occidental en Odesa es “protección” debe responder: ¿protección para quién y a qué coste? Defender a Ucrania no puede ni debe equivaler a arrastrar a Europa a una guerra continental. Defender a un pueblo no puede convertirse en la excusa para sacrificar un continente.
El Sextante lo dice con crudeza porque la hora es de máxima claridad: si se sigue por este carril, la región dejará de ser teatro local y será campo de batalla mayor. Y cuando eso ocurra, las palabras de diplomacia, las resoluciones y los comunicados se quedarán cortos ante la factura humana y geopolítica. La pregunta, entonces, no es ya quién provocó, sino quién asumirá la responsabilidad por haber encendido la mecha.
EL SEXTANTE