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viernes, 25 de octubre de 2024
UN NIÑO DE 5 AÑOS DESARROLLÓ AUTISMO TRAS SER OBLIGADO A RECIBIR 18 VACUNAS EN UN DÍA
En 2016, David Ihben se trasladó con su esposa y sus tres hijos de Chicago a Jamestown, en la zona rural de Tennessee, con grandes esperanzas de una vida nueva y más tranquila.
Pero el sueño se convirtió en una pesadilla para David y sus hijos en diciembre de 2019, cuando los procedimientos de divorcio y la posterior batalla por la custodia resultaron en la vacunación forzada de los niños -hasta entonces libres de inoculaciones- y cambiaron la suerte de la familia para siempre.
Ihben dijo que su ex esposa decidió que “ésta no era la vida que ella quería”, por lo que estaban tratando de desarrollar un plan de crianza en el tribunal de familia. El abogado de la mujer utilizó el tema de la vacunación para abrir una brecha entre los padres. Cuando el juez de Tennessee Todd Burnett descubrió que los hijos de la pareja no estaban vacunados obligó a los padres a vacunar a sus hijos.
Los dos hijos mayores de Ihben, su hija Hannah y su hijo Joseph, se salvaron de eventos adversos importantes después de la vacunación. Pero su hijo menor, Isaac, no tuvo tanta suerte. Después de recibir 18 vacunas en un día, Isaac desarrolló un autismo regresivo severo. Hoy requiere atención las 24 horas del día.
La madre de los niños pronto los abandonó, dejando a Ihben a cargo de criarlos como padre soltero
“¿Cómo puede un juez imponer una médida médica sin la intervención de un facultativo?”
Según Ihben, Burnett le dijo a la pareja que su “opinión personal era que no vacunar a sus hijos constituía abuso infantil”.
“Le dije: 'Su Señoría, tenemos derechos. Esto es algo entre la mamá y el padre'”, recordó Ihben. “Su abogado le susurró y ella dijo: ‘Los vacunaré hoy'”.
"Me sorprendió mucho, porque mi ex esposa y yo no estábamos de acuerdo en mucho, pero sí en eso", dijo Ihben, refiriéndose a sus puntos de vista sobre la vacunación.
Después de la audiencia, a Ihben y su esposa se les concedió la custodia compartida de los niños, con su madre como tutora principal. Más tarde ese día, los niños recibieron sus vacunas infantiles e Isaac inmediatamente se enfermó.
“Mi hija había tenido alergias previas … por lo que el médico se negó a administrarle todo en un día. Los dividieron … Por lo que puedo ver, no tuvo ningún efecto secundario”, dijo Ihben. “[Joseph] estuvo en la UCI por un par de días pero parece estar bien. Pero [Isaac] pasó 12 días en la UCI, ocho días con fiebre de 40 grados”.
Isaac, que tenía 5 años en ese momento, era “simplemente un feliz niño normal”, dijo Ihben.
Hoy, Isaac tiene un autismo regresivo severo:
“Él no habla. Lleva pañal. Come de un biberón entre 20 y 30 veces al día, recibe terapia del habla y necesitará atención y supervisión las 24 horas del día por el resto de su vida”.
“Como no habla no se si está enfermo, si está molesto, si tiene hambre, si tiene frío, si tiene dolor de estómago ... Tengo que atenderle a ciegas”.
“Hace cuatro años que no duermo una noche completa. Hay que cambiarlo cada dos horas o tendrá un accidente. Si tienes un hijo con autismo regresivo o conoces a alguien, entenderás cómo son nuestros días”.
Ihben no se enteró de las lesiones de Isaac de inmediato, porque el tribunal inicialmente le impuso una orden de restricción de seis meses. Cuando pasaron los seis meses, finalmente hizo planes para recoger a sus hijos para una “visita supervisada de dos horas” en un McDonald's local.
“Mi hijo menor sale y pienso: ‘¿Qué está pasando?'”. Dijo que sus hijos mayores luego le contaron lo que le pasó a Isaac. “Mis hijos me contaron todo lo que está pasando. Básicamente, nadie me había dado información. Tuve que enterarme por lo que me dijeron niños de 10 y 11 años”, declaró Ihben.
Ihben descubrió que Isaac había recibido 18 vacunas en un día.
“¿Cómo puede un juez forzar la atención médica sin la opinión de un médico?” -Preguntó Ihben. "No creo que los jueces deban dictar el tratamiento médico desde el estrado".
Según Ihben, los médicos de la Universidad de Vanderbilt en Nashville dijeron que las lesiones de Isaac "son un resultado directo de la vacunación forzada".
La madre de los niños, que todavía ostenta la custodia, aprovechó para desaparecer completamente durante uno de los encuentros del padre con ellos, y no ha vuelto a ponerse en contacto. De eso han pasado ya cinco años.
Las reglas estatales de Tennessee también plantean obstáculos a Ihben. "No se permite recibir atención médica domiciliaria para un niño discapacitado a menos que no haya otros niños menores de 18 años en el hogar", dijo Ihben.
Ihben señaló que Tennessee se encuentra entre los estados con el nivel más bajo de financiación para niños autistas y añadió que éstos con frecuencia son maltratados.
“Nuestro distrito escolar local tiene sillas de sujeción para niños autistas. El centro puede atar a Isaac a una silla, rociarle gas pimienta y aplicarle descargas eléctricas. Los departamentos de policía no tienen formación para tratar con niños autistas”, afirmó Ihben.
(Fuente: https://childrenshealthdefense.org/; traducción y resumen: Astillas de Realidad)
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