Juzgar el pasado con la mentalidad del presente es un ejercicio ocioso, frívolo y -como diría un argentino- "inconducente". Pero dado que en estos tiempos de pensamiento débil y ocurrencias de bombero-torero es la artimaña número uno de los demagogos, vamos a aceptar las reglas que siguen y plantear unas preguntillas, a la luz de la noticia, a alguno de quienes la practican:
- Santo Padre Jorge Mario Bergoglio, ¿sigue manteniendo que todas las religiones conducen a Dios? Porque aquí parece que los únicos que fueron conducidos a Él merced a prácticas religiosas paganas fueron solo cuatro decenas que probablemente no tenían ninguna prisa en ser conducidos tan pronto.
- Ilustre doña Claudia Sheinbaum, presidente de México, ¿sigue sosteniendo que América era un paraíso antes de la llegada de esos codiciosos españoles que les civilizaron, les reconocieron derechos y, delicaditos ellos, abominaban del infanticidio?
- Ilustre don Juan Carlos Monedero, asesor del muy demócrata benefactor venezolano Nicolás Maduro, y que, al igual que quien firma estas líneas, pidió perdón en nombre de la nación española por la conquista, ¿ha considerado el restaurar nobles tradiciones indígenas como la antropofagia, la esclavitud, los sacrificios humanos y la prehistoria tecnológica arrasadas por la imposición de la perniciosa cultura hispánica?
(posesodegerasa)
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