miércoles, 8 de octubre de 2025

¿CIENCIA O MARKETING?



¿Alguna vez te has preguntado quién financia los estudios científicos que respaldan los productos que ves a diario? A menudo, detrás de la «verdad» científica hay una industria que se beneficia directamente de los resultados.

Esto no invalida la ciencia, pero nos obliga a mirar con lupa. Cuando el dinero entra en la ecuación, puede influir en la dirección de la investigación, creando un sesgo de patrocinio.

¿Qué es el sesgo de patrocinio?

Ocurre cuando la financiación de un estudio inclina los resultados a favor de quien lo paga.

Un ejemplo clásico:

Imagina que una empresa de cereales financia una investigación que, ¡sorpresa!, concluye que su producto «mejora la memoria». ¿Es ciencia o es una estrategia de marketing?

¿Cómo funciona?

El sesgo puede manifestarse de varias maneras, algunas muy sutiles:

Selección de datos: Elegir solo la información que apoya la conclusión deseada.

Diseño a medida: Crear experimentos diseñados para obtener un resultado favorable.

Conclusiones optimistas: Presentar los datos de forma más positiva de lo que realmente son.

Omisión de información: No publicar los efectos secundarios o los resultados que contradicen la hipótesis.

El problema es que tendemos a confiar ciegamente en algo que «está comprobado científicamente». Pero no siempre es ciencia pura; a veces es solo marketing disfrazado de bata blanca.

No se trata de desconfiar de la ciencia en sí, sino de ser conscientes de cuándo se utiliza como una herramienta de influencia. La conciencia crítica no es conspiración, es nuestra responsabilidad.

(#mundoocultoes)

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