Algún día los cronistas que quieran dejar memoria de la locura vivida en los últimos años serán acusados de fantasiosos o exagerados solo por relatar el nivel de vesania persecutoria desatada por unos medios a los que solo faltó incitar a matar a los "negacionistas", los tutsis señalados como víctimas propiciatorias en esta sórdida historia. Aunque incitaciones las hubo, como la del imbécil bufón que lanzó esta grotesca proclama:
Primero asume que no todo lo que se pincha son vacunas, aborto intelectual, o acabarás llamando pro-vacunas a los yonkis |
En esta entrada quiero recordar, para que no caiga en el olvido, la descarada imputación al colectivo estigmatizado como "negacionista" de un asalto que se produjo en un par de comercios de Barcelona -un Decathlon y un Media Markt- cuando grupos de alborotadores se lanzaron al saqueo de los mismos:
El lector puede apreciar que no falta el condimento habitual de este tipo de patraña: "grupos de extrema derecha muy violentos y organizados". La Vanguardia, un medio con arraigo en el ámbito informativo se cubrió de gloria con su manipulación, considerando "negacionistas", al parecer, a los que se negaban a apañárselas sin una bici último modelo:
El episodio tuvo un epílogo de lo más chusco, cuando el "negacionista" y activista violento de extrema derecha Hussain -uno de los "clientes" de Decathlon inmortalizados en el video- no se le ocurrió otra cosa que poner a la venta en Wallapop, el mismo día del saqueo, el fruto de su "compra" anticipada de Reyes:
Lo de "me he comprado una mejor" en el texto del anuncio es para echarse a temblar, vistos los hábitos de consumidor del muchacho, pero en lo de "usada una vez" es honesto.
Pretender que Hussain, un mena de los que traen oenegetas como Open Arms a España y luego sueltan en las calles, sin arraigo, sin conocimiento de nuestro sistema de convivencia y legalidad vigente, sin sintonía con nuestra cultura ni posibilidad alguna de integrarse, pase por un "negacionista" antivacunas y un radical de extrema derecha (como si mena significase "magrebí extremista nazi anti-sistema") demuestra, entre otras cuestiones en las que no entro aquí, que en su furibundo empeño por desacreditar a los críticos con la pandemia los medios no se detuvieron ni ante la tergiversación más burda ni ante el ridículo.
Si nuestro probo gobierno pretende acabar con los bulos y lo que nuestro presidente, barrófobo converso desde su visita a Paiaporta el pasado día 3, llama "máquina del fango", debería poner en su punto de mira a tergiversadores de la calaña de los que urdieron este clamoroso engaño. O mejor aún, pensar en quien es el mayor difusor de bulos del Reino:
Aunque todos sabemos que a donde apunta es a los medios alternativos que le impiden el monopolio de la narrativa.
Luego se extrañarán de que cada vez menos gente conceda algún crédito a la prensa tradicional, reconvertida en un tentáculo de la manipulación y propaganda gubernamental.
Por cierto, la pasada semana La Vanguardia decidió dejar de publicar en la red "X" (antes "Twitter") a causa de la "desinformación" que "difunde" dicha red social. No como ellos. Se ve que eso de participar en un foro de debate donde no se puede censurar al adversario no va con estos "demócratas", "plurales" e "independientes". Tan independientes que se acaban de embolsar, con cargo al contribuyente, medio millón de euros que les regala el honorable Illa. ¿A cambio de difundir los bulos que le interesan al "Govern"? Entre pillos anda el juego.
(posesodegerasa)
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