La situación española va por delante de cualquier sátira que de ella se quiera hacer. Un Quevedo o un Valle-Inclán tendrían muy difícil hoy trasladar al esperpento lo que es esperpéntico de por sí, haciendo innecesario el movilizar la imaginación para exagerar un panorama ante el que uno no sabe si reir o si llorar. Optemos por lo primero, porque la alternativa nos llevaría a correr el mismo peligro que la Alicia de Lewis Carroll, amenazada de ahogamiento en el charco que han formado sus propias lágrimas. Echemos, pues, un vistazo a algunos retratos, solo levemente desenfocados, de lo que constituye el patético día a día de esta piel de toro.
Y de postre, una muestra de la mentalidad "yo lo se todo, y lo que ignoro es que no existe" de nuestra clase política. La portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Marta Bernardo, defiende el derecho de Begoña Gómez a impartir un master universitario creado "ad hoc" para ella cuando carece de titulación superior, cuando la TOTALIDAD de los profesores universitarios han estudiado -y aprobado- carrera y master o doctorado. La espabilada compara a la tramposa "presidenta" (Patxi López dixit) con Freddie Mercury, cuya trayectoria académica desconoce:
Sepa, ilustre iletrada, que el tristemente desaparecido cantante de Queen se graduó en diseño gráfico en 1969, no siendo la excepción en una banda cuyos miembros tenían todos titulación superior (el batería doble, en biología y odontología, el bajista en ingeniería electrónica y el guitarra nada menos que un doctorado en astrofísica). Ninguno de ellos hubiera hecho trampa al impartir enseñanza en una universidad, como sí ha hecho Begoña Gómez, cuya única cualificación para la cátedra es ser la mujer de Pedro Sánchez. Déjese de defender lo indefendible y por lo menos documéntese antes de soltar semejantes coces a la verdad y a la decencia.
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