La idea era volar desde la Sierra hasta el mar, unos 40 km, entrando entre Mar del Plata y Miramar.
Cuando se vuela sin motor, se debe estar muy atento a las nubes. En parte porque debajo de estas se encuentra aire ascendente, pero tambien porque el parapente es lento, y puede ser difícil escapar de alguna nube muy desarrollada.
- Cuidado, dijo José Luis por la radio, a la derecha se está formando un Cúmulo Congestus.
- ¿Pero Congestus no es tan malo, no? -pregunté.
- Pero este tiene Gestus de Enojadus.
Con esa ocurrencia, estaba diciendo que podía convertirse en Cúmulo Nimbus, la más peligrosa de las nubes.
Antes de volar, todas las nubes me parecían iguales. Luego aprendí que las difencias entre un Cúmulo Humilis, Congestus o Nimbus son parecidas a las que hay entre un gatito esponjoso, un puma y un tigre de Bengala sediento de sangre.
Antes de saber leer, todas las letras me parecían iguales. Un día mi mamá me trajo un león de peluche. Me encantó, y lo bautice como León Trosky, un nombre que habia escuchado y me sonaba divertido.
Mi mamá lo rebautizó como León Tolstoi.
-¿Pero quienes son esos tipos? -pregunté.
Son rusos, pero uno era un asesino que consideraba bien destruir a cualquiera que se oponga a sus ideas, y el otro un buen hombre.
El novelista Leon Tolstoi |
Nunca es todo lo mismo. Si nos parece lo mismo que es que prestamos atención.
Es cierto que todos los políticos del mundo participaron de la plandemia 2020. Era muy atractivo para ellos ceder al impulso global, tener poder sobre la gente, convertir a los ciudadanos en esclavos.
Pero aún entonces hubo diferencias. En Suecia no se encerró ni se embozaló a la población, en Argentina el encierro duró más de dos años y la gente andaba como zombies respirando dentro de su pañal facial. En California, en manos de la izquierda del partido demócrata, la presión sobre la gente fue enorme, así que muchas personas se radicaron en Hawaii, donde había más libertad.
Cierto que todos los políticos se ven oblgados a negociar y ceder. Pero algunos oponen más resistencia.
Está claro que La Agenda prefiere a los gobiernos de izquierda, mucho más sensible a la prédica de la dictadura de género, de la dictadura climática, de la dictadura sanitaria.
La Agenda prefería a Biden antes que Trump, a Lula antes de Bolsonaro, a Massa antes que Milei, a Sanchez antes que Abascal, a Draghi que a Meloni. CNN, House Organ de La Agenda, comparaba a Meloni con Mussolini. Lo mismo El País o Clarín.
Eso no significa que los nombrados vayan a enfrentar en todo a La Agenda, de hecho lo hacen en unos temas, y dejan los otros. El tema vacunas mortales nadie lo toca, veremos si lo hace Trump, ahora aliado a Robert Kennedy Jr. un enemigo de la farmafia vacunatoria.
Pero Kennedy, al oponerse directamente a la industria farmacéutica, se ganó el vacio absoluto de todo el sistema de medios, y el ostracismo del Partido Demócrata, pese a que su familia controlaba el mismo desde principios del siglo XX. Fue un suicidio político.
Con Trump ese vació no era posible, así que el Servicio Secreto le dió 54 minutos sin vigilancia a un tirador. Y le dejó hacer 5 disparos antes de mandarlo al país del nunca jamás.
No todo es igual. La Agenda tenia planeado nuevos encierros apenas terminase la Guerra de Ucrania.
No le va a ser fácil con Trump, con Milei, con Meloni, con Bukele.
No porque sean perfectos, o no hayan tenido que negociar con la Agenda, sino porque representan una nueva Derecha que vé con claridad el peligro del globalismo.
Algunos dicen: "Derecha e izquierda son lo mismo".
No, nada es lo mismo. ¿En serio creen que les da los mismo Kamala Harris que Trump? Con Kamala la Agenda Woke, LGBT, climática y sanitaria tenía totalmente la sartén por el mango.
¿Estos políticos de la Nueva Derecha van a luchar en todo contra la Agenda?
No en todo, la política es un juego de equilibrios. Pero si no lo hacen sus votantes se retirarán. Y la Agenda los eliminará sin problemas.
¿Hay riesgos? Si. ¿Puedo equivocarme? si.
Pero decir: es todo lo mismo, y retirarme del juego no es una opción.
Porque el juego existe, aunque no lo juguemos. Porque el enemigo juega sus fichas, aunque nosotros no lo hagamos.
Horacio Rivara
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