¿La "legalidad constitucional" del fin de la presunción de inocencia?
¿la "legalidad constitucional" del aborto?
¿la "legalidad constitucional" del separatismo?
¿la "legalidad constitucional" de la explotación laboral?
¿la "legalidad constitucional" de la sumisión a Bruselas?
¿la "legalidad constitucional" de las amnistías a terroristas?
¿la "legalidad constitucional" de la culpabilidad masculina por principio?
¿la "legalidad constitucional" del control de los niños por el Estado?
¿la "legalidad constitucional" del permiso expreso al Jefe del Estado para delinquir, incluso cuando ha cesado en su función?
¿la "legalidad constitucional" del derecho del ejecutivo a saltarse las propias garantías constitucionales a capricho del presidente del gobierno?
Todas estas aberraciones han sido amparadas por el texto de la Carta Magna y confirmadas por sentencias del Tribunal Contitucional.
Basta con mirar a quienes celebran la disolución moral, jurídica y social de una convivencia justa e igualitaria que este texto ha amparado para saber quienes son sus beneficiarios.
No hay nada que celebrar, y sí mucho que lamentar.
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