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martes, 16 de diciembre de 2025
"PEGASUS", EL ENSAYO DE UNA NUEVA PANDEMIA QUE TIENE POR OBJETIVO A LOS NIÑOS
La nueva pandemia ensayada por el Reino Unido entre septiembre y noviembre de 2025 expone un inquietante cambio en la manera en que las autoridades británicas utilizan las emergencias sanitarias para justificar políticas profundamente impopulares. A pesar de que el mundo aún no supera la memoria de los confinamientos por COVID-19, Londres llevó a cabo Exercise Pegasus, un ensayo nacional de gran escala —el mayor en casi una década— centrado en una supuesta amenaza sanitaria dirigida no a los ancianos, sino a niños y adolescentes, causada por un virus mortal que se propagaba por todo el mundo desde una isla del sudeste asiático -después de todo, ya sabemos que en este tipo de operaciones planificadas los asiáticos y las economías emergentes del orden multipolar siempre deben aparecer como “responsables” de escenarios de caos manufacturados por el propio Occidente como herramientas geoestratégicas, tal y como ocurrió con la crisis del COVID-19.
Bajo la simulación de un enterovirus derivado del EV-D68, el guion planteaba fallos respiratorios, inflamación cerebral y parálisis infantil, un recurso narrativo que desplaza la antigua consigna de “proteger a los abuelos” por un argumento emocionalmente más contundente: “salvar niños”.
Lejos de limitarse a una situación hipotética, el ejercicio activó los niveles más altos de respuesta del Estado británico: COBRA, ministros, gobiernos regionales y simulaciones de cierre total de escuelas en todo el país. Se implementaron restricciones de movilidad, mandatos de mascarillas y cierres comerciales, replicando prácticamente los mismos mecanismos que marcaron los años de pandemia, pero esta vez con un enfoque mucho más agresivo. Uno de los aspectos más reveladores fue que el operativo no priorizó la capacidad médica, sino la gestión del descontento público. El escenario contemplaba protestas callejeras contra las nuevas restricciones, y el eje del ensayo consistió en cómo neutralizar la presión social, contener manifestaciones y legitimar medidas extraordinarias con el argumento de la protección infantil.
Este ensayo adquiere un significado aún más preocupante cuando se combina con el contexto actual del Reino Unido, donde las autoridades impulsan un sistema de control digital cada vez más intrusivo: identificación digital obligatoria para trabajar, vigilancia generalizada y un ecosistema burocrático que transforma libertades básicas en privilegios administrados. La respuesta social ha sido mayoritariamente crítica, pero en paralelo se ensayan, justo “a tiempo”, escenarios donde se justifican restricciones draconianas en nombre de los niños, mientras se practican estrategias para sofocar el rechazo ciudadano. Es como si el Estado hubiese aprendido perfectamente la lección de la crisis anterior: una pandemia ofrece el pretexto ideal para introducir medidas que de otro modo serían inaceptables.
Durante la pandemia de COVID-19, confinamientos, prohibiciones de reunión y estados de emergencia facilitaron la creación de estructuras de control que difícilmente pueden revertirse una vez instauradas. El ensayo actual sugiere que estas experiencias no solo se consolidaron, sino que se están perfeccionando para futuros despliegues. El mensaje subyacente parece claro: en una crisis sanitaria, el miedo infantil es un recurso político eficaz. Y cualquiera que objete corre el riesgo de ser señalado como alguien que “pone en peligro” a los menores, un chantaje moral difícil de combatir.
Exercise Pegasus concluyó el 5 de noviembre y las conclusiones oficiales se prometen para 2026. Pero el resultado no requiere esperar informes: el sistema británico está ahora completamente entrenado para desplegar medidas autoritarias con rapidez, amparado en una narrativa emocionalmente irresistible y en un aparato de control digital ya en marcha. La verdadera incógnita no es si estas políticas volverán a aplicarse, sino cuándo surgirá el pretexto adecuado para activarlas. La nueva pandemia ensayada por el Reino Unido funciona como un anticipo de ese futuro posible y como advertencia sobre el uso político del miedo en la era del control total.
(Visto en https://mentealternativa.com/)
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Será peor que con la pandemia covid19. Los mandatos de vacuna ion obligatorios o bloqueo de acceso a tiendas para no vacunados. Para ello, sacaran adelante la identificación y el euro digital ( anunciado para 2029 ). Negación de servicios médicos básicos de atención sanitaria, para otras enfermedades diferentes a la pandemia ( diabetes, corazón, hipertensión, asma o problemas respiratorios, reuma, rehabilitación accidente/post operatorio, digestivos ...) ; con lo cual, nos veremos obligados a recurrir a la medicina alternativa o naturalista, y los herbolarios serán las farmacias alternativas. Si no cierran también los mercados informales al aire libre o no los ponen en recintos feriales cerrados, serán los supermercados alternativos, para los no vacunados.
ResponderEliminarAl final tendremos que huir al campo a pequeñas granjas aisladas o perdidas y hacernos autosuficientes, pasar de ser urbanos a rurales. Si nos dejarán al menos, teletrabajar,...
Un rollo muy grande, y un latazo, la vida está. No mola nada, no. 😞