lunes, 31 de marzo de 2025

EL HUMOR COMO RESISTENCIA



Un amigo me recuerda que en los años 80 la mayoría de los programas de televisión eran cómicos.

Estaba la comedia picaresca, al estilo Benny Hill o, en Argentina, Olmedo. Sus programas eran después de las 22 horas, y era complicado conseguir permiso de los padres para verlos.

O el humor familiar, en mi país, Calabromas, los uruguayos de Hiperhumor, o los blopers de Tinelli, que con el tiempo se fueron haciendo crueles, pasaron de reirse con la gente a reirse de la gente seleccionada como víctima.

El humor infantil, como el Chavo o Carlitos Balá. El humor culto e inteligente como Les Luthiers. Las revistas que hacían humorismo opositor, como Satiricón, Humor. Las historietas de Fontanarrosa o Mafalda. Hasta en los velorios unos salía a la calle a contar chistes, o anécdotas graciosas pasadas con el finado.

Hoy el humor está prohibido, el miedo a ser cancelado, a ser acusado por cualquier colectivo feminista, LGBT, político, de discriminador puede más.

En la novela El nombre de la Rosa, un monje asesina para esconder un libro, el segundo tomo de La Poética de Aristóteles, donde se habla de la risa. Porque la risa, dice el monje, mata el miedo, y sin miedo no puede haber fé.

Alemania tiene todo para gobernar el mundo, dijo un pensador inglés en 1907, industria, ciencia, recursos, pero carece de humor, o sea, carece de sentido del ridículo, y eso los va a destruir, porque no notarán el ridículo de sus dirigentes. Y por eso no los podrán relativizar.

La risa no solo mata el miedo, sana el cuerpo y la mente, y ridiculiza a los poderosos. Y nos quieron miedosos, enfermos y obedientes.

Durante la plandemia, en Argentina, los máximos responsables sanitarios salieron a dar cifras de muertos disfrazados de payasos. Me dí cuenta que me reía solo, que el resto de la gente miraba aterrorizada la televisión. Los psiquiatras que armaron la operación de guerra psicológica saben bien que los payasos aterrorizan en mayor medida que hacen reír. Como lo sabía el asesino serial John Gacy, que disfrazado de payaso secuestró y torturó a 33 jóvenes. O como lo sabe Stephen King.

La resistencia está en los memes, un tipo de humor que la agenda todavía no pudo anular.

El día en que los médicos de la televisión anuncien una nueva plandemia, o que las vacunas son seguras y fantásticas, y podamos reir a carcajadas, ese día volveremos a ser libres.

Horacio Rivara

2 comentarios:

  1. No se me había ocurrido que los que tenían humor inglés los enviaban a Inglaterra y los que no tenían humor a Alemania.

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  2. Porque la risa mata al miedo y sin miedo no puede haber fé.
    Magnífica frase.
    Buen Artículo Horacio!

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