BAILAR HASTA MORIR

¿Recuerdan a las enfermeras y los médicos bailando durante la estafa del Covid?

Como cuando los nazis, en aplicación del programa Aktion T4, exterminaban a los débiles, enfermos y discapacitados envenenándolos con el monóxido de carbono del escape de camiones que circulaban pintados con figuras coloristas y alegres, pero cuyo final de trayecto era la fosa común, los asesinos disfrazan el genocidio que han planificado desplegando un jolgorio insensato y suicida que resulta una burla macabra hacia las víctimas a sacrificar. Bailes estúpidos ejecutados por inconscientes bajo la inspiración de criminales desquiciados. Coreografías irreflexivas para no pensar. Danzas de la muerte que pocos saben identificar.



Ahora el ejército está haciendo las mismas danzas extrañas y rituales. Estamos a punto de entrar en otra operación psicológica masiva encaminada a provocar una guerra mundial con el pretexto de que Ucrania ha sido "invadida", una justificación absurda que nos ha llevado a ver banderas independentistas catalanas en una manifestación en contra de que se independice el Donbass. En fin, no vamos a perdir a zombies unineuronales que sean coherentes y piensen con lógica. O, ya puestos, que sencillamente piensen.

Mirad cómo de claro lo tiene este ucraniano que está manifestándose en Barcelona a favor de Zelensky. pic.twitter.com/cNDTwsIUQT

— Pascual Serrano (@pascual_serrano) March 2, 2025

Zelenski ya no tiene hombres que mandar a morir al frente. Ha reclutado incluso a personas con síndrome de Down como carne de cañón para su guerra perdida, así que ahora los efectivos tenemos que ponerlos los europeos a los que Rusia jamás causó ofensa alguna, porque "hay que parar al tirano Putin". Vayamos a defender el derecho del payaso judío a enriquecerse con la guerra, a sojuzgar a todo el que se sienta parte de la cultura rusa, a ejercer el tráfico de niños y de órganos, de prescindir de toda justicia y equidad cuando quienes perpetran crímenes contra la humanidad son sus escuadrones de la muerte neonazis, a acoger laboratorios biológicos donde se crean pandemias, a revender las armas que se le regalan a bandas criminales, ... Pero vayamos bailando, que la defensa de la "identidad europea", como queda tristemente acreditado, necesita de discapacitados intelectuales al por mayor.

El vergonzozo video que cierra estas líneas es el "baile de la amistad" del ejército noruego. Porque el borreguismo es camaradería, liberar a los bárbaros demonios de la guerra es "defender una paz justa y duradera" y alguien ya se hará rico con la necesidad, que en seguida parecera obvia a todos los telecreyentes, de fabricar ataúdes ecosostenibles o alguna otra ocurrencia así. Nunca hay que desaprovechar la ocasión de hacer negocio, como bien saben "nuestros líderes". El problema menor es el de justificarlo ante la masa ignorante; cuando los medios se unen para presentar una única y excluyente versión de los hechos, por grotesca que sea, los pobres de espíritu y faltos del menor atisbo de sentido crítico que, al final, constituyen la gran mayoría de la población, tragarán con ella incapaces de imaginar otra realidad que la que la propaganda les impone, tal como la Plandemia demostró fehacientemente.

Alguno de los "líderes" que nos conducirán a la tumba, perdón, a
la victoria. "No tendrás nada y serás feliz" porque carecerás de
necesidad alguna, una de las prerrogativas de los muertos.

El disparate continuo nos está siendo servido por comunicadores para quienes el "doblepensar" orwelliano es la norma: hacer la guerra para obtener paz, censurar para defender la libertad de expresion, anular elecciones para salvaguardar la democracia, discriminar en nombre de la igualdad, reclamar paridad allí donde hay beneficio pero presentar lo sufrido como "privilegio masculino"... El pudridero europeo es un manicomio del que el sentido común ha sido expulsado y donde los inquilinos, que llevan costeando su propia ruina desde el minuto uno, ahora se disponen a sufragar su muerte y destrucción poniéndose delante de la apisonadora de un ejército con suficiente poderío nuclear como para borrar del mapa todas las grandes ciudades europeas y devolver a los supervivientes a la Edad de Piedra mientras decide con EE.UU. cómo repartirse la fecunda tierra ucraniana: los minerales raros a medias, la tierra sin valor para acoger ataúdes de extranjeros metijones.

El guión está listo. La propaganda está en marcha. La masacre en ciernes se maquilla de fiesta y parranda. La vida, tan frágil y precaria, se banaliza como la mercancía abundante que es a los ojos satánicos de los Macron, Von der Leyen y Starmer a quienes han ordenado diezmar a una generación. Ya vendrá el "necesario" reemplazo de la carne de cañón masacrada.