domingo, 14 de septiembre de 2025

¿SIGUES PENSANDO QUE LA GEOINGENIERÍA ES UNA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN?




Catorce países -cada uno de ellos sometido al Foro Económico Mundial- acaban de firmar un tratado que les otorga el poder de rociar nuestros cielos con estelas químicas, algo que venden como una forma de "mejorar" a la humanidad.

Piénsanlo. Élites no electas, hombres y mujeres por quienes nunca has votado, ahora deciden qué respiras, qué se asienta en tu suelo, qué entra en tu torrente sanguíneo. Ellos lo llaman "progreso". Yo lo llamo "guerra química contra la humanidad".

¿El plan? Saturar la atmósfera con metales pesados y microbios manipulados, supuestamente para hacernos más saludables, supuestamente para "mejorar" a la humanidad. Pero si miramos más de cerca, se trata de algo más siniestro: reprogramarnos ... cuerpo y mente ... para crear una versión de humanidad que se ajuste a su diseño.

Y cuando escuches la verdadera razón por la que están convirtiendo nuestros cielos en un laboratorio, lo entenderás: no se trata de salvar a la humanidad. Se trata de controlarnos.

Durante décadas, nos dijeron que estábamos locos por percibir la verdad sobre nuestras cabezas y en cada respiración. Pero la gente no se dejó engañar. La verdad se difundió, voz a voz, hasta alcanzar una masa crítica: millones que ya no pueden ser silenciados.

Y entonces, tras décadas de negación, finalmente admitieron que teníamos razón: algo estaba pasando allá arriba. Pero en lugar de confesar, lo manipularon. Nos dijeron que todo era por nuestro bien ... por el clima ... por el planeta.

Las mismas estelas químicas de las que advertimos fueron repentinamente rebautizadas como algo positivo por los cínicos medios de comunicación.

Ahora la agenda ya no es oculta. Es descarada. Es destructiva. Y con millones finalmente despertando a la verdad, las élites no ceden, redoblando sus esfuerzos.

La siguiente fase ha comenzado: dominio total de los cielos. Fumigaciones implacables. Más intensas que nunca. Y ahora, con un tratado del Foro Económico Mundial firmado por 14 naciones, la agenda es oficial. Esta vez, no les importa la resistencia.

Los titiriteros del Foro Económico Mundial y la ONU no se conformaron con imponernos inyecciones de ARNm no probadas, reescribiendo el ADN como un experimento propio de la ciencia-ficción. Sus ambiciones van más allá.

Mediante tratados vinculantes, las naciones dominadas por el Foro Económico Mundial ya se han comprometido a reducir drásticamente el consumo de carne y lácteos, prohibir la propiedad de automóviles privados para 2030 e incluso racionar la cantidad de ropa que cada ciudadano puede comprar.

Paso a paso, construyen un sistema de control total. Todo está ahí, a la vista de quien no quita la mirada.

Ahora, sus miras están puestas aún más alto: en los cielos mismos. Un laboratorio permanente. Jugando a ser Dios con la próxima generación.

¿Y su arma predilecta? Las estelas químicas. En países como el Reino Unido, Canadá y Australia, los ciudadanos afirman que la agenda ya está en marcha: estelas que cruzan los cielos, más pesadas, densas y difíciles de negar que nunca.

Las élites cuentan con numerosos recursos para distraer a las masas y que no se percaten de lo que ocurre. La mayoría de la gente está demasiado ocupada para darse cuenta de lo que sucede sobre sus cabezas; como ranas en una olla, sentadas tranquilamente mientras sube el calor, sin darse cuenta de que las están cocinando vivas. Para cuando despierten, el cielo ya las estará asfixiando.

Por eso nos corresponde a nosotros romper el hechizo. Decirles a todos nuestros conocidos: deténganse. Miren hacia arriba. Porque una vez que lo hagan, la verdad será innegable.

La gente está despertando. El director de la EPA (U.S. Environmental Protection Agency, Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU.) Lee Zeldin, incluso ha admitido que los cielos están siendo rociados con sustancias químicas altamente tóxicas, y que no solo es un problema de salud, sino que se está destruyendo el medio ambiente natural. Según Zeldin, la gente está pagando miles de millones de dólares para rociar nuestros cielos con estelas químicas. ¡Caramba! Me pregunto quién estará detrás.

La EPA dice que está investigando el caso. El grupo de trabajo de RFK promete rendición de cuentas. Los estados incluso están aprobando leyes para castigar a los infractores. Entonces, ¿por qué se siguen rociando los cielos?

La respuesta apunta directamente a DARPA y a la CIA: operaciones encubiertas que llevan décadas gestándose. Y cuando escuches la verdadera razón detrás de ellas, desde lo más profundo de sus bóvedas ... no volverás a ver el mundo de la misma manera.

¿Recuerdas esa misteriosa niebla que cubrió gran parte de Estados Unidos y Europa Occidental el invierno pasado? La gente reportó dolores de cabeza, náuseas, desorientación ... incluso picos repentinos de trastornos del estado de ánimo. Y esos fueron solo los efectos evidentes para el ojo inexperto.

Cuando los investigadores analizaron la niebla, encontraron los mismos elementos tóxicos relacionados con las estelas químicas. Y aunque las autoridades afirman que siguen investigándolo, los propios registros militares revelan que esto no es algo inédito. De hecho, ya lo han hecho antes, solo que esta vez, la escala es mucho mayor ... y la intención, mucho más inquietante.

Hay cosas que no cambian. Seguimos siendo engañados por las autoridades y los multimillonarios que gastan fortunas rociando a la humanidad desde 4.500 metros de altura, empleando pilotos índigo que se protegen con trajes de protección mientras rocían veneno sobre la humanidad ... supuestamente por nuestro propio bien.

Aún hay quien se niega a creer que su gobierno experimentaría con su propia gente. La verdadera teoría de la conspiración es pensar que los políticos y quienes los financian son seres de luz profundamente comprometidos en el beneficio de los ciudadanos y con una conciencia incorruptible. Quien quiera creer tan ingenua visión de las cosas se engaña trágicamente. La verdad es innegable: los gobiernos occidentales -esas llamadas democracias liberales ilustradas- son profundamente cómplices de lo que está sucediendo.

Los ciudadanos están siendo rociados y envenenados por sus propios líderes y élites no electas, todo en nombre del control y la manipulación.

Y si esto suena a exageración -o a palabrería de papel de aluminio-, esperen a ver las operaciones de la CIA que han dirigido estos programas durante décadas.

Han oído hablar de MKULTRA, el programa de control mental de la CIA dirigido por el químico Sidney Gottlieb. Pero lo que la mayoría de la gente no sabe es que MKULTRA fue solo el comienzo … solo la punta de un iceberg mucho más oscuro.

Archivos desclasificados revelaron un programa de la CIA llamado MKOFTEN. Se desarrolló a finales de los años 60 y principios de los 70, probando sustancias químicas en secreto en humanos y animales, a menudo en hospitales y prisiones. Al igual que MKULTRA, se centraba en el control mental, pero esta vez se centraba en la farmacología, la modificación del comportamiento e incluso experimentos relacionados con lo oculto.

Y MKOFTEN no era algo aislado. Otros proyectos -MKDELTA, MKNAOMI, MKSEARCH y MKCHICKWIT- exploraron la pulverización de sustancias químicas, venenos y fármacos diseñados para alterar el pensamiento y el comportamiento a voluntad.

Un informe de 1977 del Departamento de Defensa reveló cómo la CIA utilizó en secreto al Ejército y la Armada como tapadera para realizar experimentos con drogas sin el conocimiento de los participantes.

MKULTRA fue solo el titular. La realidad es mucho más oscura: arsenales enteros de productos químicos y sistemas de lanzamiento diseñados para controlar a las poblaciones sin que se enteren.


La verdad es que todos estamos atrapados en estas operaciones, y las consecuencias son nefastas. Basta con preguntarles a los residentes de San Luis, cuya salud fue devastada por las fumigaciones secretas del gobierno hace décadas.

Las mismas enfermedades están resurgiendo, bajo los cielos actuales plagados de estelas químicas.

No podemos permanecer callados mientras el cielo se convierte en arma. Sigan filmando, sigan fotografiando, sigan compartiendo sus pruebas en X y otras redes sociales. El Grupo de Trabajo sobre Estelas Químicas de Robert Fitzgerald Kennedy Jr. se basa en estas pruebas geolocalizadas para mapear las fumigaciones, exponer a los perpetradores y arrestar a los responsables.

Y no se detengan ahí: compartan la evidencia que les compartimos hoy. Despierten a sus amigos, vecinos y familiares. Porque solo cuando suficientes de nosotros reconozcamos la verdad nos convertiremos en una fuerza imparable.

¿La alternativa? Todos corremos el riesgo de seguir el mismo camino que los residentes de San Luis: rociados, envenenados y sacrificados por las élites para su propia causa.

Este es nuestro momento para alzar la voz y desobedecer a los verdugos que solo quieren llevarnos al matadero.

(Fuente: https://thepeoplesvoice.tv/; traducción: Astillas de Realidad)

3 comentarios:

  1. Si nuestros Cuerpos y Fuerzas de Inseguridad del Estado, salvando escasas excepciones, son un esterco....ero, lleno de sacos de mie...da con patas, que sólo cumplen órdenes, ya no se me ocurre cómo poder calificar a los ingleses. Uno de nuestros problemas es que las cúpulas directivas están infiltradas y controladas por esa masonería satánica que controla todas las actividades humanas y que está destruyendo todos aquellos valores positivos que nos han permitido llegar hasta aquí y los está sustituyendo por los valores luciferinos que nos están deshumanizando e insensibilizando.

    ResponderEliminar
  2. Leyendo esto en mi mente se presentan unas preguntas:
    ¿Los que mandan a hacer estas fumigaciones viven en una burbuja que los aísla de estas sustancias?
    ¿Están inmunizados frente a ellas?
    ¿O todo esto es un comecocos para tenernos asustados?

    ResponderEliminar
  3. No hubiera estado de más que el artículo dijera qué 14 países, cuando y que sustancias arrojan. Que fumigan es evidente sólo con mirar al cielo pero la mayoría de la gente, si es que mira, no ve, por desgracia, nada raro.

    ResponderEliminar