jueves, 6 de noviembre de 2025

CHAT CONTROL: LA U.E. RECULA (POR AHORA)



Parece que las prisas desplegadas por una Unión Europea que parece aspirar a reproducir los más obvios tics de todo estado totalitario que se precie están resultando contraproducentes: la moneda programable, que nos anunciaban para este octubre pasado, ha sido pospuesta para 2029, la cancelación de los vehículos de combustión se está mostrando impracticable, el principal patrocinador de sus políticas climáticas se acaba de apear del burro -mientras, por cierto, ve cómo su carne cultivada en laboratorio no cuela- ... y así con muchas otras medidas que parecen inspiradas por el modelo de Corea del Norte pero cuya materialización parece más bien seguir el de Mortadelo y Filemón. Veamos en detalle otro ejemplo de lo dicho:

El proyecto europeo conocido como Chat Control, cuyo objetivo era monitorizar indiscriminadamente los servicios de mensajería privada, acaba de ser retirado. Sin embargo, esta victoria para las libertades digitales sigue siendo precaria: Chat Control podría resurgir el mes que viene.

El 30 de octubre la Unión Europea decidió eliminar la disposición más controvertida de una norma aprobada con el pretexto de frenar el abuso sexual infantil en línea. La norma era un auténtico caballo de Troya, cuyo objetivo era obligar a las plataformas y servicios de mensajería (incluso los cifrados) a registrar todos los mensajes de texto, audio e imágenes.

Como suele ocurrir, el montaje político era evidente. La Comisión Europea quería dar la impresión de que quienes defienden el derecho a la intimidad son partidarios de los abusos sexuales contra los niños o la distribución de pornografía en línea.

Las coartadas políticas funcionan de esa manera. Las leyes represivas se aprueban “sólo” para los terroristas, pero finalmente todos somos “terroristas”, como todos somos pedófilos, o antivacunas, o negacionistas.

Una amplia subcultura quiere dar entender que los defensores de la intimidad y la vida privada tienen “algo que ocultar”, que es sucio, oscuro o directamente delictivo. Sin embargo, todo el mundo tiene “algo que ocultar” y por eso tiene cortinas en las ventanas de su casa.


¡Qué curiosa que la enorme preocupación de la U.E. por proteger a los menores no pase
por exigir responsabilidadess a cierto país al sur de los Pirineos donde niñas "tuteladas"
por el estado fueron prostituidas. Aclaro: hubo una comisión de investigación europea,
algo que a nivel nacional impidieron PSOE y Podemos, pero todo quedó -¡que sorpre-
sa!- en agua de borrajas. Proteger a los niños parece consistir en tolerar aberraciones
monstruosas mientras la nueva Stasi analiza tus conversaciones con tu madre.

Obligar a las plataformas de mensajería, incluidas aquellas que utilizan un cifrado de extremo a extremo, a registrar sistemáticamente la vida privada de las personas es lo mismo que imponer un estado de excepción permanente.

Que Europa defienda el secreto bancario pero vigile los mensajes de las personas es suficientemente indicativo de los extremos a los que están llegando los vigilantes.

La propuesta fue respaldada por la comisaria Ylva Johansson pero, afortunadamente, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos, Austria y otros países se negaron a ceder, argumentando que era una burla del artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que garantiza el derecho al respeto por la vida privada y familiar, el domicilio y la correspondencia.

En los países, como España, donde se ha banalizado el desapego por las libertades fundamentales, estas normas jurídicas pasan desapercibidas. Pero en otros países las personas se sienten agredidas. Por eso la Presidencia danesa de la Unión Europea ha guardado el reglamento en el cajón… de momento.

Como recordaba recientemente Pavel Durov, el propietario de la red Telegram, destacados partidos políticos europeos abogan por la vigilancia masiva y él mismo acabó en la cárcel en Francia el año pasado en un burdo intento de chantajearle para lograr que las redes sociales acaben en manos de la policía.

La batalla sigue; sólo se ha ganado el primer asalto. Dinamarca necesita ganar tiempo para retomar los preparativos antes de fin de año y presentar una versión “mejorada” de la misma norma, que no genere tanto alboroto.

Como en el caso de Gaza, necesitan que las protestas se calmen, que Chat Control pase al olvido, para volver luego con más energía si cabe.

Los europeos son los conejillos de indias de la vigilancia sobre su vida privada, con el reconocimiento facial, el euro digital, las tarjetas de pago, la identificación en línea, las cámaras de videovigilancia …

(Fuente: https://mpr21.info/)

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