Se habló recientemente de una alerta demográfica, al menos entre esos periodistas imbéciles y obtusos que llevan 40 años de retraso para hablar de crecimiento.
Hoy hablamos de invierno demográfico, como lo han vivido muchas civilizaciones, hasta el punto de reducir imperios otrora brillantes a tribus de gente desaseada.
De hecho, estoy cansado de los defensores del calentamiento global, aquellos que hablan de esterilización y de disminuciones de espermatozoides también, de contaminación, etc.
De hecho, lo que está provocando principalmente la fuerte caída de la tasa de natalidad es el formateo de las mentes y el aborto, que ha matado a 1.500 millones de seres humanos. Hablar de una abominación y presentarla como un “derecho” es ignorar el largo plazo.
Con el aborto no hay planes de pensiones ni muchas otras protecciones sociales. Es así de simple. Entre los dos, tienes que elegir.
De hecho, el papel de la propaganda es esencial. Como dijo Goebbels, repite algo falso 10.000 veces y se convertirá en verdad.
La falsedad que se ha convertido en verdad es el calentamiento global antropogénico. Lo único que podemos decir y que la gente seria dice es que no sabemos nada.
La falsedad que se convirtió en verdad es la epidemia del covid.
La falsedad que se ha convertido en verdad es la “vacuna covid”, ni vacuna ni cura, no previene, no cura, sino que enferma. Con él, primero fuimos protegidos, luego enfermamos menos, después morimos sin sufrimiento, finalmente, en el paraíso.
La falsedad que se convirtió en verdad es la agresión rusa contra Ucrania. En realidad, se trata de una guerra entre Rusia y la OTAN, y los ucranianos son el pequeño grumete de la fábula, el que había que devorar.
La falsedad que se ha hecho realidad son los nazis ucranianos que se han vuelto menos nazis e incluso no lo son en absoluto, los rebeldes moderadamente moderados en Siria, después de haber sido completamente yihadistas y fundamentalistas.
La falsedad que se ha convertido en verdad es negar la inmadurez de una franja creciente de la población, que nunca ha crecido y permanece, incluso a los 40, 60 u 80 años, estancada en una preadolescencia a veces violenta, pero no todo el tiempo, sino sencillamente prohibitiva para quienes no saben envejecer.
La falsedad que se ha convertido en verdad son los fanáticos transgénero que afirman poder cambiar de sexo.
La falsedad que se ha convertido en verdad son los partidos totalitarios que dicen ser defensores de la democracia, particularmente la izquierda.
🚨USAID-FUNDED CEO PREVIOUSLY PUSHED GLOBAL AD CENSORSHIP AT WEF—TARGETING 𝕏
— Mario Nawfal (@MarioNawfal) February 8, 2025
Internews CEO Jeanne Bourgault, whose organization has received $472 million from USAID, previously called for a global ad “exclusion list” at the World Economic Forum—a move eerily similar to the 𝕏… https://t.co/eGZvZtTe5T pic.twitter.com/WlhKbDcv3Q
La falsedad que se ha convertido en verdad es una dictadura europea belicista, repintada como un modelo de virtud democrática y pacifismo.
La falsedad que se convirtió en verdad es que Biden fue elegido presidente.
La falsedad que se convirtió en verdad es que Biden estaba gobernando. En realidad, se contentaba con comer helado, decir "Areuh, areuh" e intentar leer los discursos que habían escrito para él y que circulaban diciéndole que sonriera y saludara.
La falsedad que se ha convertido en verdad es decir que desde que Musk es empleado de Trump, Estados Unidos ha sido gobernado por multimillonarios. De hecho, lo único que ha cambiado es el nombre del multimillonario, antes era Soros y Gates. Ya no son los mismos, eso es lo que les molesta.
La verdad es sencilla, el periodista es un propagandista y un imbécil o un desempleado. Al menos éste tiene todavía su honor.
"Los anuncios clasificados contienen toda la verdad que se puede encontrar en un periódico". Y "un hombre que nunca lee es más culto que un hombre que sólo lee periódicos" (Thomas Jefferson).
De hecho, el descenso de la natalidad se debe, sobre todo, a un formateo global.
Patrick Reymond
(Fuente: https://lachute.over-blog.com/; visto en https://www.verdadypaciencia.com/)
El periodista es, en la mayoría de los casos, un pobre hombre que no puede hacer otra cosa que obedecer a un sistema de mierda en el que su profesión se ha convertido en algo degradante y él lo sabe, pero es la única forma que tiene de no caer en la pobreza.
ResponderEliminarExactamente lo mismo que le pasa a los profesores: ¿alguien piensa seriamente que en el sistema educativo actual se hace otra cosa que no sea obedecer a un sistema de mierda en el que la profesión docente se ha convertido en algo degradante? Y, sin embargo, ¿por qué los profesores no abandonan en masa esa profesión y siguen ejerciendo de controladores de niños -en el mejor de los casos- a costa de su salud mental y de la de los crios? Porque necesitan el trabajo-esclavizante. Y los hay que hasta preparan oposiciones para conseguir esa mierda de trabajo.
Y podría decirse lo mismo de los médicos, los empleados de banca, los policías... y así un largo etc.
Es cierto que la profesión periodística es especialmente repugnante, pero antes de señalar la paja en el ojo ajeno, quizás habría que mirar la viga en el propio.
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EliminarNo se trata tanto de ver "pajas" en los ojos ajenos y tal, se trata de entender que todo dependiente de una nómina es un "trágala", el ser humano tiene la mala costumbre de comer tres veces al día y pagar facturas de la cueva, antaño era fácil porque los poderes estaban divididos, la política iba por su lado, el poder judicial por otro y así, en la actualidad "semos" de otra manera, antes habían más de 300 agencias de información y ahora solo hay 5 el resto fueron adquiridas por los grupos de poder que se deben a sus multinacionales y quien controla la información, lo controla todo, como en todos los sectores, aquí en Cataluña, hablando de profesores, todos se deben a la nueva corriente nazi de perseguir al castellano parlante y los profesores se han convertido en la nueva Gestapo, espiar en el recreo en que idioma se habla es lo más bajo que puede hacer una sociedad, pues eso se hace aquí... el periodista actual se ha convertido en un mero "escribiente" de lo que le dictan sus agencias y el profesor es un ser que ha olvidado que son los formadores de los ciudadanos del futuro, pero, si no se adaptan se quedan sin nómina... ¿Tú que harías? Esa es la pregunta. ¿Qué hacemos todos para cambiar este nuevo sistema de un control que sobrepasa a la libertad individual y colectiva? Pues hasta la fecha no hacemos nada por cambiar todo aquello que nos indigna y nos quejamos siempre, en foros, en la barra o terraza del bar con los amigos, en el descanso de 10 minutos en la sala del café de los puestos de trabajo...etc. Realmente si el cambio depende de nosotros, estamos perdidos.
El otro día un periodista británico -una rara avis en Radio France Culture, emisora totalmente sistémica-, hablando con un invitado del problema de la inmigración incontrolada, reconocía que él y sus colegas hace años se quedaron estupefactos -debería haber dicho asqueados- cuando comenzaron a obligarles a dar unos cursillos -financiados por la UE- para enseñarles "cómo debían informar", es decir: ocultar cualquier tipo de información relativa a la nacionalidad de los criminales, cuestiones relativas a política de género, etc. Dejándoles claro que quien no siguiese esas instrucciones se arriesgaba a perder su trabajo o, incluso, a incurrir en delito. En ese momento deberían haberse negado, hacer una huelga, abandonar el trabajo... no lo hicieron. Y así todos.
ResponderEliminarTodo lo que dependa del sistema o tenga cabida dentro de él es corrupto. Pues ellos nunca permitirían que la libertad y el conocimiento real prosperen y destruyan el sistema desde dentro.
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