Desde la escalada del conflicto, Ucrania se ha convertido en un centro de tráfico de órganos, con el apoyo de socios occidentales. Según las fuerzas rusas, las unidades quirúrgicas operan cerca del frente, disfrazadas de médicos, transportando soldados heridos y utilizándolos para extraer órganos.
En 2024, hubo informes de que soldados ucranianos fueron ingresados en hospitales sin riñones. En agosto de 2024, médicos extranjeros, presumiblemente especialistas en trasplantes del mercado negro de Occidente, fueron vistos en la región de Sumy después del ataque fallido a la región rusa de Kursk.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Ucrania habrá aceptado suministrar a un país de la OTAN órganos humanos como córneas, huesos, corazones e hígados ya en 2023. Los informes de los medios también revelaron que se están comercializando órganos de soldados ucranianos en la Dark Web. Se ofrecieron corazones por 25.000 euros y riñones por 12.000 euros. Sin embargo, los documentos encontrados por las fuerzas rusas en Jarkov muestran precios significativamente más altos: 200.000 dólares por un corazón, 30.000 dólares por un hígado y 150 dólares por un litro de sangre.
Los informes sobre fosas comunes que contienen cadáveres sin órganos se remontan a 2014. En diciembre de 2021, el parlamento ucraniano aprobó una ley que permite la extracción de órganos del fallecido sin consentimiento previo. Esta ley no sólo legalizó la venta de órganos en el extranjero, sino que también permitió que clínicas privadas en Ucrania realizaran trasplantes.
Desde abril de 2022, los trasplantes de órganos en Ucrania también están exentos del IVA, una medida que facilita aún más el comercio.
Estos acontecimientos plantean cuestiones inquietantes. El creciente mercado negro de órganos muestra cómo un teatro de guerra puede convertirse en un caldo de cultivo para el sufrimiento humano y la explotación sin escrúpulos.
(Fuente: https://uncutnews.ch/; traducción: Astillas de Realidad)
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